martes, 20 de noviembre de 2012

ESPIRITUALIDAD Y COSMOVISION MAYA DESDE UNA PERSPECTIVA INTEGRAL

TERCER CONGRESO CENTROAMERICANO DE FILOSOFÍA
LA FILOSOFIA EN CENTROAMERICA

Ciudad de Guatemala, 13-15 de noviembre del 2012
Tema: Filosofía de la Cultura/Culturas Ancestrales.

Dr. Luis Alberto Padilla *

“Las cosas tienen su dentro. El dentro, conciencia, espontainedad, tres nombres para la misma cosa. Estoy convencido de que los dos puntos de vista (interno y externo) deben ser llevados a unirse  y de que pronto lo harán en un tipo de fenomenología o física generalizada en la que tanto el aspecto interno de las cosas como el aspecto externo del mundo serán tomados en cuenta. De otra manera, en mi opinión, es imposible cubrir la totalidad de los fenómenos cósmicos en una explicación coherente” Pierre Teilhard de Chardin.

“La Filosofía tiene el poder de cambiar el mundo” Irina Bukova (Directora General  UNESCO).

1. Introducción.

Los pueblos mayas originarios de Guatemala, como todos los pueblos del mundo, han producido a lo largo de su historia un sistema de ideas, una cosmovisión o concepción del mundo que contiene significados insertos en su cultura que corresponden al  tipo de civilización al cual pertenecen: nos proponemos hacer un análisis de su pensamiento en tanto que objeto de conocimiento y de  hermenéutica filosófica(1).

Dada la necesidad de preparar un trabajo con la rapidez que requieren las fechas de eventos académicos como el Congreso Centroamericano de Filosofía hemos tenido que sacrificar la consulta de una bibliografía amplia - como hubiese sido lo recomendable- y nos hemos circunscrito a ciertos textos tomando en consideración lo perentorio del plazo del evento mencionado(2) para destacar aquellos puntos del pensamiento maya  que tienen implicaciones tanto para la filosofía  como para las ciencias sociales e incluso otras disciplinas como la ecología y la física.  Se trata pues de aplicar un marco teórico integral para obtener una interpretación  que va más allá de los rígidos marcos disciplinarios, es decir,   que sea transdisciplinaria(3).

En una primera aproximación a nuestro tema vamos a comparar ciertas afirmaciones de tipo general que aparecen en la obra de Matul y Cabrera para pasar enseguida  a examinar algunos  ejemplos concretos de la mitología maya que pueden compararse con la mitología de otras sociedades agrarias, de manera que se ponga de manifiesto no sólo la persistencia histórico temporal  de este tipo de concepciones del mundo  sino su importancia para comprender a la sociedad guatemalteca contemporánea, dado que, como veremos ,  las creencias colectivas  mantienen su vigencia en el imaginario de los grupos sociales en forma mítica  y esto sucede igual dentro de los mayas como de los no mayas.

También nos proponemos abordar a vuelo de pájaro un tema relativamente novedoso, pues las sorprendentes concordancias de la cosmovisión maya con las cosmovisiones orientales -como el budismo- y con las ideas de algunos destacados filósofos occidentales - como  Hegel-  nos permiten pensar  que  tanto desde las ciencias sociales (Jung, Gebser, Wilber) como desde la ecología (Capra), la cosmología (Laszlo) y la misma física cuántica (Bohm)  se podría construir un enriquecedor diálogo intercultural con los pueblos mayas que, a la manera de lo realizado en el campo de las neurociencias gracias a la cooperación con el Dalai Lama en Estados Unidos (y al establecimiento del Mind & Life Institute ) ha tenido resultados tan fructíferos.

Concluiremos tratando un tema que se viene discutiendo desde hace algún tiempo ante la insatisfacción que siente la ciudadanía  por  los muy pobres resultados que en materia de atención a las demandas sociales y políticas de la mayoría de la población  ha dado la democracia. Muchos son quienes creemos que para promover un cambio social efectivo se requiere transformar la conciencia o dicho en términos simples,  primero hay que cambiar la mentalidad de la gente.  Por eso desde hace algún tiempo se ha insistido en el cambio de paradigma como requisito sine qua  non de tal transformación, ya que esta a su vez constituye un elemento ineludible para encontrarle una salida a la crisis presente, tanto en Guatemala como a escala planetaria. Las implicaciones que el muy complejo campo de la educación tiene en este cambio paradigmático son evidentes y las trataremos en nuestras conclusiones.

2. La espiritualidad.

Como hizo ver en su conferencia  magistral el maestro Enrique Dussel   recordando  a su profesor de la Sorbona, Paul Ricoeur,   los estudios sobre  pueblos primitivos de Levi Strauss, la filosofía existencial de Heidegger o la “crítica de la razón mítica” Hinkelamert  al referirse al hecho que lo propio del quehacer filosófico  cuando se ocupa del “sentido de la vida”  consiste en “ordenar el pensamiento”, pues “la filosofía orienta, la ciencia descubre”  haciendo notar que  el método discursivo y de la búsqueda de la verdad propio de la ciencia no coinciden del todo con  la filosofía,  pues si  bien  -- desde cierta perspectiva-   puede ser vista como  el paso del mitos al logos hay que tener presente  que el mito es un relato racional con base a símbolos(4) y que por eso mismo, siendo el estudio del sentido eminentemente relacional, buscar el sentido de las cosas  es también buscar el significado de los mitos y  por ende, adquirir  sabiduría.

La filosofía es pues un saber ordenado que busca no sólo dar sentido a la vida sino a la misma tecnología, hija predilecta de la ciencia. Pero su base, y esto es fundamental, es filosófica, de donde  deriva que al organizar el saber toda cultura hace filosofía, así que operando por analogías y semejanzas como señaló Dussel podemos afirmar que una filosofía de la cultura pero también que toda cultura tiene una filosofía, de allí que también –lógicamente-  podemos tener una filosofía maya que se expresa a través de su cosmovisión.

Entonces, si por  cosmovisión entendemos una “concepción o visión del mundo y del universo”  la misma puede ser equiparada a una “filosofía” ya que toda visión del mundo implica un conocimiento, una “sabiduría”, lo cual nos permite asociar el origen etimológico  del término en la antigua civilización griega  con su significado  como “amor a la sabiduría”. Y todo saber supone un conocimiento de lo que la filosofía perenne ha llamado   la gran cadena del ser, es decir el estudio de la materia, del cuerpo, de la  mente y del espíritu.

De manera que si toda filosofía digna de ese nombre posee una dimensión  espiritual, por  espiritualidad  debemos entender la relación del ser humano con su propia conciencia, relación que  trasciende a la razón lógica (a la “razón pura” como diría Kant)  porque busca ponernos en contacto  con  la dimensión no material del propio ego (self, yo)   que según la concepción del mundo que sustenten las distintas personas asumiendo siempre  un carácter superior puede considerarse también como sagrado o divino, dependiendo esto último de si se tienen  (o no)  creencias religiosas.

Señalamos esto porque dicha dimensión espiritual puede a su vez ser comprendida en forma teista –como ocurre con todas la religiones sean estas monoteistas o politeistas -panteista   o simplemente  no teista  como ocurre en el budismo, taoísmo o  ciertas corrientes filosóficas (el existencialismo,  la  filosofía postmoderna)  o  con la ciencia misma como sucede en el caso  de la ecología profunda. Lo anterior  significa que no hay ninguna razón para negar que junto a la clásica,  bien conocida, legítima  y aceptada espiritualidad religiosa puedan  existir (o coexistir)  espiritualidades   de naturaleza mágica o mítica en su dimensión religiosa o filosóficas, artísticas o  científicas en la dimensión no religiosa.

En este sentido, toda cosmovisión supone una espiritualidad pero también un conocimiento, aunque es necesario tener presente que no todo conocimiento es racional. Si bien es cierto que hay un conocimiento de tipo estrictamente racional (intelelligibilia) que se adquiere a través de la intuición intelectual –las matemáticas, o los significados contextuales de la cultura que se captan por interpretación - hay otro conocimiento de tipo empírico –las ciencias físico químicas y naturales-  que proviene de los sentidos y de la experimentación científica (sensibilia) así como un conocimiento que proviene del interior de la conciencia misma -o sea, del espíritu-  al cual se accede a través de la meditación y la práctica religiosa auténtica – que va más allá de la legitimidad del rito y la liturgia-  (trascendelia)  y que por tanto trasciende a la razón e involucra la experiencia personal entendida  como  oración, misticismo, meditación o intuición filosófica. Estas experiencias personales  ponen al ser humano –según sus creencias o su cosmovisión- sea en contacto con Dios o  con  la no dualidad/ la vacuidad (el nirvana de los budistas) o bien con el espíritu absoluto propio del idealismo trascendental  de un Schelling  o un  Hegel –sin soslayar el topus uranus platónico-   o con la divinidad intrínseca de la naturaleza como sucede  en la filosofía del  panteísmo (Spinoza).

3. Relaciones entre cosmovisión y filosofía.

Entonces, si bien es correcto decir que toda cosmovisión implica una filosofía, hay que tener claro que  si la examinamos a partir del método que dicha filosofía utiliza (y del tipo de conocimiento que produce) no todas las filosofías son expresión del racionalismo de tipo moderno, pues también hay filosofías o cosmovisiones estrictamente espirituales, que van más allá de la razón sea porque se basan en una práctica espiritual  disciplinada y técnicamente regulada, como ocurre en el caso del  budismo,  sea porque se fundamentan en creencias que buscan el sentido de la vida o la salvación del alma en determinado tipo de práctica religiosa legítima.

En consecuencia, si la filosofía en sentido amplio es amor a la sabiduría, si la sabiduría a su vez implica conocimiento , pero si no todo conocimiento es racional y existe una sabiduría de tipo espiritual, la cual puede   expresarse en experiencias personales que van desde las que pueden tener los chamanes de los grupos indígenas hasta las de  los santos, místicos, monjes  o profetas  iluminados,  entonces podemos concluir que la cosmovisión maya es una  filosofía en sentido amplio  y una práctica espiritual  que no tiene necesidad de convertirse en   religión institucionalizada para orientar el comportamiento de los pueblos mayas como de hecho ocurre y veremos adelante lo que Matul y Cabrera sostienen al respecto.

Por otra parte, hay una dimensión de  la espiritualidad y de las cosmovisiones que tiene que ver con su ubicación en  el marco de la filosofía académica. El doctor Leonel Padilla nos recuerda en su ponencia que Fernando Salmerón, filósofo mexicano,   sostiene que hay que distinguir entre la filosofía entendida como concepción del mundo de  la filosofía como indagación racional rigurosa y que Guillermo Hurtado, también mexicano, afirma que aplicar la hermenéutica requiere de la creación de campos culturales, pero que para ellos se hace indispensable la existencia de comunidades epistémicas  de investigadores y filósofos, ya que estas son condición primordial y necesaria para poder hacer filosofía como pensamiento vivo.

Sin embargo en América Latina (y en Guatemala por supuesto) carecemos de estas comunidades y de tradiciones filosóficas y  no las tendremos hasta  que no   entablemos “un diálogo crítico genuino entre nosotros”(5)  que en el caso guatemalteco debería además ser  intercultural y permanente pero ubicado adentro de la academia, no afuera de ella o únicamente cuando se llevan a  cabo eventos especiales. Es  recomendable entonces no solo la institucionalización del diálogo intercultural al interior de la academia sino también  el diseño y puesta en marcha de cursos sobre la cosmovisión maya (por ejemplo) dentro de los pensums regulares de carreras en el área humanística, social o teológica de  las universidades e institutos de investigación universitarios.

4. El enfoque metodológico integral.

La crisis ecológica que el mundo vive en la actualidad, es decir el calentamiento del clima terrestre que está conduciendo a un proceso de cambio climático de proporciones catastróficas como consecuencia de la acción humana sobre el medio ambiente  es de amplio conocimiento,  pero   nos interesa poner de manifiesto  que las causas de dicha crisis se ubican en buena medida en  la intervención negativa de la gente  sobre su entorno natural lo cual a su vez constituye   el resultado  de una visión fragmentada del mundo que separa drásticamente el cuerpo  de la mente, la naturaleza de la cultura, el sujeto y el objeto, el espíritu de la materia, los valores de los hechos, lo humano de lo no humano.

Lo anterior significa que el medio ambiente sufre las consecuencias de la acción humana la que a su vez se encuentra determinada por la manera de pensar y de “ver” al mundo de las personas,  y si esa manera de ver  es errónea, de allí la situación crítica  cuyos resultados sufrimos todos.

En esto se origina la necesidad de cambiar ese tipo de mentalidad y ese tipo de comportamiento. Por consiguiente, como ya hemos dicho, siendo la filosofía la disciplina que estudia las concepciones del mundo,  podemos decir también - sin temor a la hipérbole-   que confrontamos una crisis filosófica.

En suma podríamos decir que se trata de una crisis filosófica que tiene su origen en el viejo paradigma dualista y mecanicista de origen cartesiano(6), paradigma atomista de tipo antropocéntrico que,  al colocar a los seres humanos por encima de la naturaleza les induce a ver tanto a la esfera natural (la biosfera)  como  al planeta en su conjunto (el biosistema de Gaia)  como una fuente inagotable de recursos puestos a su disposición para ser explotados de la manera que les parezca más apropiada a fin de asegurar el crecimiento económico.

Ciertas ideologías de naturaleza económica como el  consumismo –típico de las clases medias y altas-  o el neoliberalismo  son también un  resultado de esa manera de ver el mundo. Y tales ideologías, al igual que la idea equivocada que la riqueza material conduce a la felicidad, se han vuelto verdaderas patologías sociales  que llevan a las personas a creer que tanto el bienestar como el desarrollo deben “medirse” en términos  cuantitativos:  la pobreza se establece con base en el ingreso per cápita y con base en  el crecimiento del PIB se pretende saber si la economía de un país funciona bien o no, cuando el criterio central para saberlo debería ser el bienestar de la sociedad lo que incluye parámetros que van más allá del ingreso mensual de la gente: salud, educación, vivienda, trabajo, seguridad ciudadana etc.  Minimizar o ignorar los aspectos cualitativos de la naturaleza humana juzgando a la persona con base en su riqueza material y no con base en su cultura y riqueza espiritual, haciendo que prevalezca el  “tener” sobre el “ser” es una equivocación profunda que proviene de esa mala manera de comprender el mundo,  de esas creencias equivocadas que han provocado no solo una crisis ecológica  y económico social  sino también una  crisis filosófica.

Por consiguiente, dicha visión fragmentaria del mundo que aliena a hombres y mujeres del intrincado tejido de relaciones que constituyen la naturaleza misma de la vida, del planeta en que vivimos (la madre tierra o pacha mama como la llaman las poblaciones indígenas) y del universo en el que se mueve nuestra  esfera terráquea debería ser reemplazada por una cosmovisión holística y relacional, integradora, respetuosa de Gaia (como se denomina a la tierra desde la  perspectiva de los sistemas vivos) y “menos arrogantemente centrada en lo humano”  como nos recuerda  Ken Wilber(7).

¿Existe alguna visión alternativa para substituir ésta concepción ideológica fragmentaria, dualista, mecanicista, cuantitativista y parcial que prevalece hoy en día no sólo en Guatemala sino prácticamente en todo el mundo? ¿ Cual puede ser el aporte del pensamiento maya  para superar dicho paradigma obsoleto? Para responder a estas interrogantes  examinaremos algunas de las características que posee la cosmovisión maya según Matul y Cabrera.

5. La cosmovisión maya según Matul y Cabrera.

Para Matul la cosmovisión maya no sólo está viva en la actualidad y constituye el fundamento de la manera de ver el mundo de las poblaciones indígenas sino que, por esa misma razón, se justifica que se realice una investigación acerca del “pensamiento de los  antepasados” porque es allí en donde descansa “la estructura de nuestras más hondas raíces filosóficas, religiosas y míticas”(8).

La espiritualidad maya, nos dice el autor para reforzar su punto de vista en el sentido que ésta concepción del mundo prevalece en la población indígena guatemaltecas “ha sido el pivote sobre el cual ha gravitado una estrategia de defensa ante las presiones disgregacionistas y despersonalizadoras externas” pues la gente ha venido utilizando la religión maya “como instrumento para recusar al invasor al tiempo de rehabilitar nuestra identidad como pueblo” agregando que “..a quinientos años de distancia esas ideas, conceptos y valores están presentes en nuestros mitos, proverbios, poemas, cuentos, historias, epopeyas y otros elementos de la tradición que...nos muestran un conocimiento de nuestro origen y causa”(9).

En la perspectiva de Matul, la cosmovisión maya es  una expresión viva y actual  del pensamiento indígena (10) que los pueblos originarios  utilizan para mantener su identidad cultural y de ese modo resistir mejor tanto a la opresión cultural  como a la explotación económica a que se han visto sometidos desde la época colonial.  Es  un pensamiento  que partiendo del presente se proyecta hacia el futuro:   “Nuestra visión cosmogónica es..un pensamiento renovador, que se percata de la situación de la humanidad en el cosmos….por ésta vía unificamos ciencia y espiritualidad: para nosotros la vida secular y la vida religiosa son indivisibles”(11).

Esta visión hacia el futuro se fundamenta en un paradigma(12) para el cual  “La criatura unida al cosmos en una aparente separación y  en eterna transformación forman una unidad. Allí el movimiento cósmico se resuelve en la estructura del tiempo y del espacio, dialéctica en que lo real se transforma en imaginario y lo imaginario se vuelve real(13)”.

Sin embargo, aunque toda filosofía entendida como concepción del mundo (cosmovisión) al igual que toda religión,  aspiran en el terreno de la moral y de los valores  (cuyas raíces se encuentran en la ética)  a internalizarse en la conciencia colectiva de modo que “vida secular y  vida religiosa (sean)  indivisibles” (y de ello depende su mayor o menor éxito para regular el comportamiento social)  varias líneas de investigación se perfilan en el horizonte siendo una de ellas la concerniente a la forma como debería entenderse dicha  “vida religiosa”  porque para comenzar se tendría  que distinguir entre la religiosidad que proviene de la época precolombina  y la religiosidad  de origen colonial o hispánico, es decir, toda aquellas manifestaciones de espiritualidad que se vinculan al cristianismo y especialmente a la religión católica ya que dado el papel jugado por la iglesia desde la época de la colonia es de particular importancia.

Señalamos esto porque a nuestro juicio en la vida religiosa de la población indígena guatemalteca, además de la presencia indudable de elementos que provienen de la cosmovisión maya,  hay que tomar en cuenta los que provienen de la cosmovisión cristiana.

Por consiguiente,  si esa  “indivisibilidad” entre vida religiosa y vida secular o  lo que Matul llama “el consenso social entre gobernantes y gobernados (que) ha llegado a ser una representación firme en el pensamiento maya” debe entenderse como  un   fenómeno relacionado exclusivamente  con  las  formas   de  religiosidad maya , es indispensable distinguir ésta última de la religiosidad que tiene ver con el catolicismo o las distintas variantes del protestantismo.

Matul dice con claridad que  “…quien quiera acceder a nuestro universo mental..tendrá que realizar un esfuerzo para penetrar en nuestra espiritualidad (pues los mayas viven).. la experiencia de Corazón del Cielo como suprema deificación del bien; el bien no es más que armonía cósmica del perfecto movimiento, es nuestra cosmovisión fundada en la pluralidad dentro de la unidad”(14)   por lo cual está claro que él piensa en la religiosidad maya, la cual además   se habría internalizado de manera tal que, recurriendo a categorías del psicoanálisis podría formar parte  de un cierto  inconciente colectivo(15) de los pueblos mayas ya que el comportamiento en este caso proviene de   “…una herencia cosmogónica que utilizamos para abordar los aspectos que se encuentran más allá del control racional inmediato, que nada tienen que ver con el concepto occidental de religión(16)  (dado que) ..cuando hacemos una petición al Corazón del Cielo..estamos entablando un diálogo con la naturaleza..porque desde el momento de nuestro nacimiento nos consideramos parte de la naturaleza”.(17)

Subrayamos la utilización de conceptos como “universo mental”, “herencia cosmogónica” para definir una espiritualidad que consiste en la “experiencia del corazón del cielo como suprema deificación del bien” la  cual a su vez  “ no es más que la armonía cósmica del perfecto movimiento”  que se encuentra “más allá del control racional inmediato”  puesto  que aquí se evidencia no sólo la forma de entender dicha religiosidad maya sino la naturaleza de la misma como un diálogo con la naturaleza  que alude a  una identificación mística del individuo con el mundo natural  y explicaría “…. las razones del porqué no entendemos la noción de pecado original a la que nos obligan otras culturas”(18) lo cual alejaría a la religiosidad maya  de la religiosidad cristiana, acercándola al panteísmo , que – como en el caso del filósofo holandés Baruch Spinoza(19) – es importante dentro de la filosofía occidental, aunque obviamente, en el caso de la religiosidad maya, debido al  sincretismo con la religión católica, nunca ha llegado a ser predominante.

Por cierto, para la cosmovisión maya  no sólo la naturaleza sino también el maíz deben ser considerados como sagrados, pues además del hecho que los hombres habrían sido hechos de maíz según el Popol Wuh  “.. según nuestro pensamiento la humanidad es hija de la civilización y de la luz, nuestro libro sagrado, el Pop Wuj narra con originalidad la creación de la humanidad .. la humanidad de maíz … alcanza la civilización”  señala Matul.

La religiosidad maya tiene entonces sus propios ritos y su propias manifestaciones exotéricas : “no somos politeístas, paganos, animistas, sacrílegos o ´indios románticos´…… es en los montes más altos donde rendimos culto al ser absoluto, por eso es que los volcanes, las montañas y los montes ocupan un lugar preponderante (como) ..lugares sagrados”(20) . Las cumbres volcánicas y las de las altas montañas  del país  son  lugares sagrados de la espiritualidad maya  y las ceremonias que allí se realizan no tienen nada que ver  con  “paganismo” o “superstición”  sino que se trata de manifestaciones de religiosidad maya.

6. La cosmovisión maya comparada con otros enfoques paradigmáticos.

La cosmovisión maya puede compararse con  los planteamientos de los  principales paradigmas de la ciencia contemporánea. Entendida como una cosmovisión virtuosa, integral y compleja, puede ser de gran ayuda desde la perspectiva de un cambio paradigmático   en diálogo intercultural  en condiciones de igualdad, con los principales paradigmas de la ciencia contemporánea. Veremos a continuación algunas posibilidades de abordar dicha comparación o diálogo. Veremos a continuación algunas posibilidades de abordar dicho estudio con enfoques provenientes de teorías sobre la evolución  de la conciencia (Gebser),  de la física cuántica, ( David Bohm, Ervin Laszlo), de la teoría de los sistemas (Capra) y de la metodología integral (Wilber).

La evolución social dentro de las poblaciones  mayas – en los planos ontogenético y filogenético- ha transcurrido  por las mismas etapas características de otras sociedades agrarias  que han pasado del nivel arcaico  y de sistemas de organización matrilineal a estructuras basadas en la autoridad del padre (patriarcado) proceso evolutivo que a nivel de la conciencia produjo el tránsito de estructuras arcaicas, mágicas o míticas antes de llegar a la estructura mental racional propia  del momento  presente la cual,  sin embargo .solo ha cristalizado grupos  elitarios, dado que la mayoría de la población sigue teniendo una mentalidad acorde con la infraestructura agraria que continua prevaleciendo en el país.(21)

Tal situación contribuye entonces  al predominio de una mentalidad  y de  una cosmovisión que es análogo al de todas las sociedades de este tipo a escala mundial, es decir, que desde el punto de vista del paradigma de la evolución de la conciencia la mayoría de la población se encuentra en una etapa evolutiva acorde con el estadio de desarrollo social-cultural  lo cual permite preguntarnos desde que tipo de  marco de referencia filosófico se podría  abordar  el tema  de la espiritualidad en general y de la espiritualidad maya en particular.

Si recordamos que para Hegel – la máxima expresión del idealismo alemán del siglo XIX en filosofía(22)- el espíritu objetivo –la materia  y la propia naturaleza-  se despliega en su evolución dialéctica  para encarnar en el espíritu subjetivo –la persona humana- y que de la subjetividad individual  su trayecto evolutivo hace  una síntesis de esa objetividad/subjetividad antes de trascender  en el espíritu absoluto  entonces, ¿ podríamos acaso sostener que  la espiritualidad maya es  cercana a la cosmovisión hegeliana?  No tenemos la respuesta, pero – de nuevo- apuntamos hacia este tema como algo digno de reflexión y –eventualmente- de investigación que debería llevarse a cabo por los propios académicos mayas.

Por otra parte, hemos visto que para la cosmovisión maya la espiritualidad consiste precisamente en esa  intuición profunda que permite considerar como sagrada a  la tierra y a la naturaleza lo cual conlleva prácticas exotéricas propias celebradas en sitios y lugares sagrados, todo lo cual tiene la ventaja  de ser compatible con  prácticas religiosas  como las diversas festividades religiosas nacionales (semana santa, navidad) o las propias de las   fiestas patronales de cada municipio,  dando lugar a un sincretismo religioso que ya han  sido ampliamente objeto de estudio en Guatemala pero que dadas las limitaciones de este trabajo no hemos estado en condiciones de examinar.

El abordaje  integral o holístico de esta problemática requiere, sin embargo, tener presente que existe una diferencia entre lo que puede considerarse como una  religiosidad legítima  que es la religión exotérica consistente en prácticas rituales y litúrgicas propias de las iglesias oficialmente reconocidas y la religiosidad auténtica(23) que es aquella que busca a través de experiencias esotéricas individuales – como la meditación - poner a la persona en contacto con el espíritu sea este entendido como el nirvana/vacuidad/satori  de los budistas o  bien la energía cósmica, la no dualidad que plantean ciertos paradigmas cosmológicos contemporáneos (24).

En todo caso nos interesa hacer notar que   la espiritualidad y las formas de religiosidad maya constituyen  expresiones de una  “religiosidad auténtica”  que va más allá de lo que podría llamarse la religiosidad popular guatemalteca  - cuyas prácticas  además de legítimas son  positivas porque  facilitan la  integración social y contribuyen a dar forma a las identidades colectivas-  pero que por eso mismo, tal espiritualidad viene a ser complementaria y enriquecedora, no opuesta ni contradictoria con respecto a la religiosidad popular  vinculada  a la Iglesia Católica desde la época colonial.

En suma, la espiritualidad maya puede ser considerada como una manifestación de religiosidad auténtica, pero, obviamente,  son los propios mayas quienes deberían interesarse en explorar estos nuevos espacios del conocimiento aplicados  al ámbito de la espiritualidad(25).

Por otra parte, y dado que normalmente la evolución de las sociedades facilita (u obstaculiza) que ciertos individuos alcancen un grado más elevado de desarrollo espiritual con relación al conjunto del conglomerado social,   cabría  preguntarse de qué manera este desarrollo superior en elites sociales,  académicas o de otro tipo  puede  contribuir al proceso  de evolución social  y a la transformación de la conciencia  de la población. 

7. La cosmovisión desde el punto de vista de las ciencias sociales y su papel  en la transformación de la conciencia.

Si tomamos como base el esquema evolutivo propuesto por Jean Gebser (26)    antes de  alcanzar el estadio de pensamiento racional, moderno  y pluralístico tanto las sociedades como los individuos  requieren  haber transitado por  las etapas arcaicas, mágicas y míticas de modo que para que se produzca un salto evolutivo hacia la espiritualidad transpersonal (o hacia una conciencia integral como la llama Gebser) necesitaríamos estar ya ubicados en el estadio  de la racionalidad mental.

Sin embargo, arribar a la etapa madura de la racionalidad no es ninguna panacea, ya hemos visto como el paradigma cartesiano fragmenta la mentalidad con su desmesurada tendencia al análisis y al mecanicismo, y con ello se encuentra en la raíz de la crisis filosófica (“crisis de pensamiento” ) que la humanidad entera – no sólo Guatemala- padece en el momento presente, crisis de pensamiento que es además una de las principales causas de la crisis ecológica planetaria pues el calentamiento del clima terrestre se origina en la idea errónea que la naturaleza es algo externo a la persona que se encuentra “afuera” , en el mundo externo o “realidad objetiva”   colocada allí por Dios (Descartes) o por el azar de la evolución cósmica para ser explotada por el hombre, cúspide de la selección natural (Darwin).

Y éste paradigma cartesiano fuente de tal cosmovisión, de tal pensamiento equivocado   por ser  parcial e incompleto, por no abarcar la totalidad, el holos del universo, por ser antropocéntrico que es mucho más grave y problemático que el etnocentrismo  tiene su origen  en el mismo proceso evolutivo de la conciencia  pues las fases o etapas anteriores del desarrollo de la conciencia están “siempre presentes”, dado que la conciencia se mantiene en una  transición permanente a base de “mutaciones” y no de cambios continuos  como dice el pensador aleman, o sea que siempre tenemos al interior de nuestra conciencia una presencia de lo arcaico, de lo mágico y de lo mítico.

Empero,  la racionalidad propia de la era moderna, aparecida con la ilustración filosófica  y con la industrialización económica ha traído las consecuencias criticas tanto para la sociedad (por la pobreza, la concentración de la riqueza, el aumento de la violencia y los conflictos) como para el planeta entero - organismo viviente conforme a la teoría de Gaia-   debido al cambio climático que acabamos de mencionar y que nos tienen sumergidos en la presente crisis  que no es solo una crisis del “modo de producción” (Marx) sino que se trata de una crisis del sistema global en su conjunto(27).

Por ello,  a pesar de que la evolución hacia la racionalidad y la modernidad del ser humano sea vista en términos generales como una etapa necesaria y positiva (siempre y cuando quede abierta la posibilidad de trascender e ir más  allá de tal estadio) la situación actual, caracterizada por el predominio colectivo del modo “racional mental deficiente” junto a la subsistencia en la sociedad –a nivel del conjunto colectivo-  de una mentalidad sumamente compleja que en los individuos se expresa en forma tal que se da una coexistencia permanente de lo arcaico con lo mágico y lo mítico  como lo expone Gary Lachman sobre en un artículo sobre  Gebser que citamos a continuación in extenso:

“La primera estructura de conciencia  que se  revela es la arcaica… Aquí la conciencia es idéntica con el mundo; es un estado de ‘completa no diferenciación entre el hombre y el universo’. De aquí, la estructura mágica aparece. Esta no difiere mucho  de la arcaica, pero la separación desde el origen ha aumentado. Mientras  en la estructura arcaica  hay identificación entre la conciencia y el mundo, en la estructura mágica  hay unidad entre ellos. En esta etapa nuestros ancestros vivían en una clase de conciencia grupal o tribal, la que estaba fuertemente ligada a la naturaleza. Gebser habla  de un ‘entramado vegetativo de todas las cosas vivientes’  durante esta etapa, y él vincula  la noción de Jung de  ‘sincronía’- ‘coincidencia significativa’ - y los efectos, acertadamente de ‘mágica’ a esta estructura.  Gebser deja en claro que todas las estructuras de conciencia previas están aun presentes en la conciencia de hoy, y que la estructura mágica esta en funcionamiento en todas las experiencias de ‘conciencia grupal’ (etnocéntrica). Tristemente, para Gebser, la expresión más inmediata de conciencia grupal  fueron las razzias Nazis que lo llevaron a salir  de Alemania, y  hoy en día mucha gente que cree que están entrando a  estados de conciencia mas alto al retroceder a un modo ‘tribal’  (etnocéntrico) en realidad están simplemente hundiéndose en una aceptación carente de sentido critico de la estructura mágica. De la estructura mágica surge la mítica. Aquí la conciencia  logra una diferenciación mayor; se caracteriza por la polaridad. Aquí por primera vez aparece el yin y el yan, el cielo y la tierra, macho y hembra, espacio y tiempo, y otras oposiciones binarias  que constituyen nuestra experiencia. Aquí el “alma”- un interior, “espacio interior” en contraste con un espacio exterior- aparece. Gebser asocia esta estructura con el mito griego de Narciso, el joven que se enamora de su propio  reflejo. En esta estructura el alma  primero se ve reflejada así misma en el mundo exterior, y  aquí el modo dominante de experiencia es el “sentir”, que es expresado a través de antiguos mitos. El pensamiento, como lo entendemos, aún no  aparece. Esto ocurre en la estructura “racional mental”, la próxima en llegar. Sin duda, los lectores se preguntaran  exactamente cuando estas diferentes “estructuras” aparecieron. La verdad es que Gebser es poco claro acerca de las fechas. Para la primera aparición de la estructura racional mental él sugiere 1225AC; las estructuras anteriores, la arcaica y la mágica, datan de mucho antes, desde los comienzos  distantes del pre-Homo sapiens, y la mítica cuando las primeras civilizaciones emergieron después de la era del hielo. Mientras que todas las estructuras de conciencia previas siguen activas, aunque obscuras, en nuestra conciencia presente, la estructura racional mental es aquella con la cual  estamos más familiarizados, dado que es la nuestra propia. En esta estructura,  el pensamiento como lo entendemos comienza. Aquí la separación y diferenciación del origen es completa. La conciencia  – el ego- esta  solo,  y esto se evidencia  en el aumento de la violencia y la perdida de la comunidad. Aquí llega  la noción de  tiempo en un sentido lineal.  Para la arcaica y la mítica no hay  tiempo como lo conocemos, solo una clase de un “ahora” intermitente  con largos períodos de inconciencia entremedio. Para la mítica, hay un tiempo cíclico que asociamos  con la eterna vuelta de las estaciones, y el perpetuo circular de las estrellas. Con la estructura racional mental aparece el tiempo como una “línea recta”, y con ella una profunda conciencia de la muerte. De más esta decir, que la ciencia con todos sus logros y problemas surge de   la estructura racional mental y su habilidad para reducir tu atención  y enfocarse en los detalles de la experiencia en vez de participar en el todo- como las estructuras  arcaica,  mágica y  mítica  lo hacen hasta cierto punto. Gebser sostiene que antes de la aparición de la nueva estructura,  la estructura previa entra en un modo  “deficiente”  caracterizado por su colapso; lo que antes había sido un “merito” y una ventaja  ahora se convierte en un “déficit” y una desventaja. Gebser creía que la estructura racional mental entró en su modo “deficiente” en 1336 DC, con el surgimiento de la perspectiva y el cambio desde la visión “bidimensional” del mundo común en la Edad Media (piense en un tapiz) a  una aguda conciencia  de la distancia y espacio plasmada en las pinturas de los comienzos del Renacimiento (piense en pinturas de paisajes). Él cree  que aquí  la conciencia logra su completa “liberación “del origen. El modo “deficiente” de la estructura racional mental logró su más radical extremo en el siglo 19 con el triunfo  del paradigma reduccionista-racional mencionado anteriormente, y Gebser creía  que a lo largo del siglo 20 este estaba en un proceso de deconstrucción de sí mismo.  La evidencia más clara para esto, que Gebser sostiene- a parte de todos los problemas globales que tenemos- fue un profundo cambio en nuestro sentido del tiempo. Como antes se mencionara, el indica la relatividad de Einstein como un ejemplo, pero hay muchos mas. En un nivel mas mundano, yo puedo ofrecer un ejemplo desconocido para Gebser, en donde el tiempo como lo conocíamos anteriormente ha sido abolido. Cualquiera que usa TV o escucha podcasts  ya no asocia la idea que cierto programa de televisión o radio esta siendo transmitido a cierta hora. Toda la experiencia de Internet, de hecho ha alterado nuestra forma de apreciar  ambos el tiempo y el espacio. Hay un flujo constante de información, y hoy en día  la gente se ‘conecta’ a grandes distancias  instantáneamente; muchos de nosotros tenemos mas ‘contacto’ con gente al otro lado del planeta que lo que lo hacemos con nuestros vecinos. En una apreciación menos inocua, las muchas crisis que nos están afectando hoy en día- ecológica, social, económica, política- pueden  todas ser  vestigios  de  los efectos  de la entrada al modo deficiente de la estructura racional mental de la conciencia.   Gebser creía que este fracaso, era una especie de  despeje, para  hacer espacio para la llegada de la  nueva estructura de conciencia la “integral”. Como lo sugiere su nombre, en esta nueva estructura,  todas las otras cuatro estructuras previas están todas integradas. La estructura integral  se caracteriza por lo que Gebser denomina una visión aperspectival, que trasciende a la ‘perspectival’  de la misma forma que ésta trasciende la ‘pre-perspectival’. En la estructura integral, el origen se hace perceptible, la espiritual se “concretiza” y la “luz no creada” se manifiesta.  La revelación de Sarnath de Gebser, en la cual él experimenta satori (entendimiento espiritual), es un ejemplo  de lo que él quiere decir  con estructura integral de conciencia. Como con todos los cambios de una estructura a otra, la transición no esta garantizada y la experiencia, ambas individual y colectiva es traumática. Los recientes desarrollos de la economía mundial, producto de la miope codicia por ganancia inmediata asociada con el modo deficiente mental racional, solo hubiera convencido a Gebser que él tenía la razón.(28)

Aplicar este marco teórico a nuestra situación actual en Guatemala, tratando de explicar la situación prevaleciente en el país desde el punto de vista de lo que Gebser entiende como evolución de la conciencia – con sus retrocesos y/o sus fijaciones en etapas previas asi como con las deficiencias propias de modo “racional mental”-  supondría hacer el esfuerzo de elaborar hipótesis  así como de diseñar y desarrollar una investigación formal  lo cual obviamente no estamos en condiciones de hacer en ésta ponencia en la cual nos atrevemos  apenas a sugerirla a partir de una plantemiento preliminar con el cual solo pretendemos dar una idea de la enorme complejidad de  la  problemática que nosotros hemos llamado de “transformación de la conciencia” , que Gebser llama de evolución hacia una “conciencia integral” y que diversos autores guatemaltecos y latinoamericanos, desde diversas perspectivas teóricas y analíticas pero que en lo esencial se refieren al mismo “objeto de estudio” han llamado “repensarnos” en una obra reciente que, como ya hicimos ver anteriormente, lamentablemente no estuvimos en condiciones de examinar con detenimiento(29).  Sin embargo,  sólo con el propósito de ilustrar con algunos ejemplos concretos cual podría ser una de las posibles modalidades de abordaje por expertos o institutos de investigación, se impone decir algo acerca de los mitos que subyacen en toda cosmovisión,  tomando como ejemplo el  mito fundacional más importante de las sociedades agrarias en todo el mundo, y esto desde las épocas primitivas – las etapas arcaicas en civilizaciones ya desaparecidas como la sumeria, caldea, egipcia o la maya clásica precolombina-   como ocurre con el mito urobórico de la serpiente, cuya importancia en la civilización judeo cristiana es de una  evidencia ostensible  pues la caída del hombre y su salida del paraíso se debe a ella.

8. Los mitos de las sociedades agrarias.

Erich Neumann utiliza los términos pleroma y urobórica para referirse a la estructura original de la consciencia humana en el nivel arcaico de desarrollo.(30) Pleroma es un antiguo término gnóstico –recuperado por Jung-  que simboliza el potencial de la naturaleza física (prakriti en la filosofía hindú) mientras que el Uroboros  es el símbolo mítico primordial de la serpiente que se muerde la cola y significa algo  autocontenido, encerrado en si  mismo, pero también alude a una situación de la persona que con una mentalidad o estructura de la conciencia de tipo narcisista – como la llamaría Gebser-  “paradisíaca”  o reptiliano, es decir, encastrada en formas de vida inferiores.

Algunos elementos que explican el mito de la serpiente son los siguientes:

  • La serpiente constituye una imagen de los estadios evolutivos inferiores de la conciencia  desde donde gobierna sobre el alimento, el sexo, la sangre, la muerte y es “mala” porque arrastra a la conciencia hacia esos estadios inferiores.
  • Cuando aparece en posición ascendente entrecruzada o si se encuentra a la altura o por encima de la cabeza humana representa estadios superiores de la evolución de la consciencia.
  • Es esta localización lo que nos indica si es diabólica o divina: el símbolo es de un poder serpentino porque esa es la manifestación que asume kundalini ante el ojo de la mente.
  • La serpiente –el uroboros- constituye el estadio fundamental básico al que desciende la conciencia en el proceso creativo y también es la forma que asume en su ascenso en el camino de retorno a la fuente: un ejemplo de lo inferior regresando a lo superior.
Este  pleroma-uroboros es pues el símbolo arquetípico perfecto de la consciencia primitiva, representa a la materia-naturaleza y corresponde a la estructura arcaica de la consciencia conforme a la teoría de Gebser que es un  estado primordial indiferenciado , autístico y onírico en el que el hombre carece de vida autoconsciente, semejante al de los primeros homínidos o al de los neandertales y cromagnones que coexistieron con homo sapiens antes de que este se hiciera el “dueño de la tierra”, y por ende, antes de las migraciones masivas que permitieron el poblamiento del continente americano, es decir, milenios antes del aparecimiento de la civilización maya en lo que hoy se conoce con el nombre de mesoamérica.

Durante los tiempos del uroboros arcaico entonces tanto el  individuo como el grupo social (al igual que ocurre con el ego y el inconsciente a nivel individual) están indisolublemente ligados dándose una  forma  de participación mística con la naturaleza. Esta debió ser la situación de los mayas antes de los períodos preclásico y clásico, durante la etapa de formación de su civilización durante el segundo y tercer milenios antes de nuestra era y es respecto a dicha etapa primitiva que hemos planteado nuestras dudas acerca de la inexistencia del mito de la caída como sostiene Matul, pues según  Campbell y Gebser se trata de un mito fundacional, por el que pasan todas las sociedades, de manera que en el caso de los mayas se requeriría de una investigación paleontológica cuyas dificultades saltan a la vista.

En una etapa posterior se desarrollaron las estructuras mágica y mítica, pero es especialmente ésta última la que nos interesa  ya que no tenemos conocimiento de  investigaciones de la etapa arcaica (paleontológica)  de la evolución de las sociedades mayas como acabamos de mencionar. Sin embargo, con base en el trabajo de Matul y Cabrera se podrían  elaborar algunas hipótesis sobre  esa primitiva sociedad arcaica matrilineal que pudo haber estado bajo la égida de alguna gran deidad femenina.

De la etapa patriarcal mágico/mítica se pueden presentar también algunos ejemplos concretos que a su vez están tomados de textos como el Pop Wuj y otros similares  de manera que  cualquier  investigación ulterior sobre este tema podría formular  hipótesis para ser utilizadas en  trabajos interculturales de amplio espectro (en relación a otras culturas del mundo)  en las cuales se  buscase, por ejemplo,  demostrar  analogías o semejanzas entre las cosmovisiones del mundo oriental  -como  el  budismo o el taoismo-  con la cosmovisión de los mayas.

9. Investigación intercultural y mitología.

Vivimos en un mundo globalizado en el cual las contradicciones del pasado  del tipo comunismo/capitalismo o fascismo/democracia han sido sustituidas por las contradicciones culturales religiosas “civilizacionales”  como las llamó  Huntington en su célebre artículo del Foreign Affairs  (1993) sobre el choque de civilizaciones.

Amortiguar dicho choque y apaciguar los enfrentamientos es una política que se impone para promover la paz, de allí el diálogo de civilizaciones que se promueve desde Naciones Unidas, la UNESCO y algunos países como Francia, España y Turquía. Un diálogo intercultural que vaya más allá de la confrontación nacional interna y se expanda hacia otras grandes  culturas mundiales con las cuales Guatemala ha tenido apenas contacto – sin perjuicio, por supuesto, de la importancia del diálogo intranacional- puede ser de gran utilidad, incluso como elemento de comparación utilizando simple bibliografía como hemos hecho en ésta ponencia,   si es que no se cuenta con recursos suficientes para promover el intercambio de científicos, intelectuales, artistas, estudiantes o pensadores como debería ser,  idealmente, la estructura y organización del mismo.

En todo caso, para poner ejemplos concretos, nos parece que es posible establecer una relación entre la cosmovisión maya y las cosmovisiones orientales apoyándose en la similitud de sus respectivas concepciones  como ocurre en el caso del Kundalini Yoga.  En efecto, según el kundalini  el ser humano posee potencialmente  todos los niveles superiores de consciencia y la energía kundalini descansa inactiva y  dormita en el inconsciente.

 El mito fundacional de la serpiente vuelve a aparecer porque dicha energía suele representarse como una serpiente enroscada (el “poder serpentino”) que al despertarse asciende a través de los 7 chakras  (materia, sexo,   emociones, amor, intelecto discursivo, poderes mentales y psíquicos) hasta  un estadio superior  de trascendencia espiritual.

Esta concepción propia de la cosmovisión oriental  - en este caso proveniente dela filosofía veda del hinduismo-  puede compararse  con  la cosmogonía maya, según  la cual  la  creación es obra de Tepeu (masculino) y Gucumatz (la serpiente, femenino): “Lo femenino y lo masculino no solamente no se pueden dar en forma separada sino que se necesitan uno a otro para cumplir con sus objetivos fundamentales como encargados de la procreación. Hombre y mujer son complementarios”(31).

Además hay que recordar que en  el mito de Gucumatz, la serpiente emplumada el gavilán (o el águila en la versión azteca/mexica de Quetzalcoatl )  devora a la culebra y esto simboliza la unión del ave con el reptil, la unión del cielo con la tierra en un mito que incluso ha quedado “oficialmente” estampado en los propios escudos nacionales de México y Guatemala por el águila y el quetzal.

 Otros mitos cuya estructura podría compararse en las  analogías que pueden tener con  otras culturas lo son aquellos que tienen que ver con la concepción del mundo propiamente dicha y la importancia de ciertas cifras matemáticas, como sucede – más allá de las dicotomías binarias presentes absolutamente en todas las culturas- con otros números, pensemos – por ejemplo- , que en el camino de Xibalbá los gemelos encuentran el ideograma cósmico: los 4 puntos cardinales, 4 puntos solsticiales cada uno con su respectivo color formando la cruz foliada de los mayas, que Hunahpu e Ixbalanqué simbolizan las etapas del matriarcado y de la horticultura mientras que Ixquic al implantar el maíz da origen a la sociedad agraria patriarcal o que Huhn Hunapuh, en el mito de Ixquic, desencadena con su sacrificio el retoño de los árboles lo cual se plasma con la fertilización del árbol del que ha sido colgado, haciendo reverdecer la naturaleza.

 Y, a propósito de éste último, no hay más que recordar el mito eterno  de la virginidad femenina para poder compararlo sin dificultad alguna no sólo con otros mitos similares en las cosmogonías occidentales sino también en las grandes civilizaciones de la antigüedad como la egipcia, la sumeria o la caldeo/babilónica y, lo que es más sorprendente en la civilización maya, sirve también para explicar la naturaleza simbólica de los sacrificios humanos que se practicaron por los antiguos mayas.

La estructura fundamental del mito permite comprender porqué de la misma forma que ocurre con el ciclo lunar (la luna se oculta y reaparece 3 días después, “resucita”) un consorte simbólico (animal o humano) es sacrificado para fertilizar a la madre tierra (la Gran Madre) que  acompaña al dios consorte muerto hasta el mundo subterráneo (xibalbá en la visión maya ) y allí consuma su resurrección, asegurando un nuevo ciclo vital, una nueva fertilidad, una nueva luna.

En las cosmogonías de Oriente/ Occidente, durante el sacrificio el dios consorte se une a la Gran Madre y luego resucita, pero esta sigue siendo “la madre-esposa del dios muerto y resucitado” -como lo ha demostrado Campbell (32)-  y como se hace patente en el cristianismo:  María es al mismo tiempo la madre del dios muerto y resucitado (Jesús) y la esposa virgen del Dios Padre. Esta misma concepción mítica se encuentra en el antiguo Egipto  (Osiris e Isis) en la antigua civilización sumeria (Damuzi e Inanna) y en Babilonia ( Tamuz e Ishtar) y, por supuesto, el mito de Ixquic, (con el que se inicia el tercer ciclo del Pop Wuj)   que en las sociedades mayas  expresa además –simbólicamente-  el fin de la descendencia matrilineal de predominio femenino y su sustitución por la patriarcal, lo cual en términos económicos nos recuerda el paso de las sociedades hortícolas a las de agricultura extensiva.

10. Cosmovisiones, mitología y concordancias con la ciencia.

 Hemos señalado antes que existe una sabiduría que se adquiere por  medio de la intuición espiritual que trasciende a la razón, es decir va más allá de lo que se denomina “intellegibilia” o intuición intelectual y es de naturaleza superior al conocimiento que se puede adquirir por medio de la ciencia o de la filosofía académica,  por ello autores como Wilber la llaman  ”trascendelia” o conocimiento trascendente. Se trata de un conocimiento  y una sabiduría que se adquiere  por medio de la experiencia individual de chamanes, sabios, santos o personalidades geniales y extraordinarias que siempre han existido en todos los tiempos y en todas las civilizaciones y culturas.

Por ende, la espiritualidad puede ser una importante fuente de conocimiento y de allí deriva que sea factible establecer lo que de manera preliminar podríamos denominar “ concordancias”  entre la sabiduría ancestral manifiesta en algunas cosmovisiones (el budismo es una de ellas, pero también lo son las antiguas cosmovisiones de indígenas y pueblos originarios incluidos los mayas guatemaltecos, por supuesto) con ciertos conocimientos provenientes de  la física, la astrofísica, la ecología o de la filosofía.

Si quisiéramos aplicar entonces la idea que ciertas personalidades geniales pueden  adquirir conocimientos  a través de la intuición espiritual tendríamos que rendirnos ante la evidencia que filósofos del siglo XVIII o XIX –como los ya mencionados Spinoza, Schelling o Hegel-  tuvieron tales  intuiciones geniales,  trascendentes (trascendelia)  que le permitió “captar”,  o ponerse en contacto con la naturaleza no dual del universo, lo cual fue comprobado posteriormente por la ciencia física, en sus dimensiones micro (cuántica) y macro (astrofísica, cosmología).  Es así como se hace posible  confirmar  la validez científica de las geniales intuiciones “monistas” de filósofos como Hegel o las experiencias transpersonales de chamanes,  santos,  místicos o sabios e iluminados que han existido  todos los tiempos.

Veamos ahora lo que nos dice la física cuántica sobre la realidad última del universo y si es posible, por puro “sentido común”, compararlo o no con el conocimiento que proviene del espíritu, de la espiritualidad. Según la física cuántica, por ejemplo, las partículas –unidades de materia, fuerza y luz- más pequeñas no son realidades separadas sino formas específicas y paquetes de campos de energía subyacente. Algunas de estas partículas (llamadas “cuantos” vocablo que proviene del “quantum” en latín) tienen propiedades similares a la materia como masa, gravedad e inercia. Otros tienen propiedades como la fuerza (que es lo que permiten la interacción cuántica) o la luz (transportan las ondas electromagnéticas que incluyen el espectro visible). Pero el gran enigma consiste en que ninguno de tales cuantos (quantum) está realmente separado de los demás pues permanecen siempre interrelacionados independientemente de la distancia que pudiese existir físicamente entre ellos: en esto consiste la no separabilidad o entrelazamiento de las partículas, lo cual permite confirmar científicamente la no dualidad intrínseca del cosmos.

Las propiedades corpusculares u ondulatorias de las partículas cuánticas dependen del método de experimento que se utilice para observarlas: al medir una de sus propiedades se hace imposible medir las otras. Según el principio de incertidumbre de Heisenberg, por ejemplo, en la trayectoria de una partícula no se puede establecer al mismo tiempo su velocidad y su posición. 

Por otra parte,  según la física cuántica lo que denominamos “materia” no es sino una manifestación de energía ondulatoria que sucede en el “pleno cósmico”(33). Los cuantos se parecen más a ondas que a corpúsculos lo cual significa que aunque lo que percibimos con los sentidos es materia sólida que se mueve en un espacio vacío el universo  material -incluyendo aquí desde partículas hasta estrellas, planetas, rocas u organismos vivos-  es inmaterial porque las cosas aparentemente materiales son ondas que se encuentran, propagan e interactúan en un medio subtendido. Según la nueva visión del universo propuesta por David Bohm(34), Ervin Laszlo y otros prominentes científicos, existe un nivel por debajo de los cuantos y del espacio tiempo que constituye un plenum  energético y no un vacío.

Los cuantos y absolutamente todas las cosas del universo están  compuestas de cuantos  (astros, planetas, organismos y mentes incluidos) están conectados  –conforme a la teoría de inseparabilidad- de manera no-local como ya vimos.  El nivel fundamental del universo entonces no sólo es el origen de las cosas que pueblan el espacio-tiempo sino que es también el medio que las interrelaciona.  

Este nivel fundamental es el “orden implicado” como le llama Bohm o el “ campo akásico” como le llama Laszlo pero lo importante a tener en cuenta es que se trata de un orden energético, compuesto de partículas ondulatorias(35) pero de naturaleza “inmaterial”  por llamarla de alguna manera y que, en todo caso, constituye la esencia última de todas las cosas, (equiparable al espíritu absoluto como le llamaba Hegel)   que integra a todos los seres tanto animados como inanimados, todos los sistemas, vivos o no vivos,  orgánicos o inorgánicos, en suma, al universo entero, en un holon todo/parte(36) universal a cuya realidad no dual se puede acceder por medio de la experimentación científica de la física de partículas o física subatómica(37)  o bien, en los niveles propios del conocimiento espiritual, a través de las diversas variedades de experiencias transpersonales, causales o sutiles - cuya puerta de  acceso es la meditación-  o también,  como ya señalamos, por medio de las  “experiencias cumbre” , de estados alterados de conciencia que ocurren espontáneamente en chamanes, santos, o  místicos.

Vemos aquí entonces las enormes posibilidades de interrelación que se abren con    las filosofías y cosmovisiones espirituales – como el budismo o la cosmovisión maya-  dado el carácter absolutamente revolucionario respecto a la consistencia de la materia que caracteriza el pensamiento físico contemporáneo.

En el caso del budismo desde hace más de 20 años, gracias a la fundación del Mind & Life Institute por personalidades como el connotado científico chileno Francisco Varela (prematuramente fallecido en 2003) y el propio Dalai Lama en donde trabajan investigadores de relieve mundial como Daniel Goleman, Richard Davison, Matthieu Ricard, Paul Ekman, Allan Wallace entre otros se ha establecido un diálogo intercultural y una cooperación científica que ha rendido frutos considerables, sobretodo en el campo de las neurociencias.(38)

Para concluir, vamos a citar algunos de los planteamientos de Matul que a nuestro juicio permiten comparar “cosmovisiones”  a propósito de una explicación que dan acerca de la –para gente educada en la cultura occidental- extraña presencia del  antiguo símbolo del aguila bicéfala en la cultura maya, (39) comparación que, además, nos ha permitido encontrar semejanzas con los grandes descubrimientos de la física cuántica, es decir, con la forma como las dos cosmovisiones (la científica y la maya)  conciben el universo.    El símbolo equivalente (del águila bicéfala) en la cosmovisión maya sería –según Matul-  el llamado  “Doble Mirada” o “Cabawil”  que expresa, nos dice el autor,  “la gran verdad” que cada acontecimiento es tan sólo una manifestación diferente de la misma realidad:

“El águila de dos cabezas alegóricamente sugiere que el Universo en su fluidez y continua transformación no puede separar espíritu y materia y como realidad espiritual y material, solamente se muestra el complicado tejido de sucesos donde ocurren alternabilidades, superposiciones, combinaciones y conexiones de diferentes clases, que en suma determinan la textura del Todo. Esta red de relaciones abarca al observador de la naturaleza y su conciencia porque sería imposible hablar, describir o explicar la naturaleza sino habláramos de nosotros mismos. Así el concepto de Dios, desde la perspectiva Cabawil no se entiende separado del cosmos, de la naturaleza y del ser humano; ante todo, Dios y la humanidad, más que simples observadores, son participantes de esa realidad cósmica. El Águila bicéfala también representa la divinidad cósmica, es cabawil o kaw’ abil ‘el doble mirada’: mira de noche, mira de día/ mira de cerca, mira de lejos/ mira delante, mira hacia atrás/ mira hacia el bien y el mal. Es la simbolización más extraordinaria  de la trascendencia  para superar los dualismos que impiden el acceso a la totalidad. El cabawil como recurso esotérico invita a conocer la totalidad sin acudir a… filosofías elaboradas por la mente humana pues..en esta cosmogonía los dualismos están desarraigados. El observador no puede ser diferente a lo que ocurre porque es parte viva y actuante de la realidad que investiga. Dicho de otro modo, el sujeto-objeto son una y la misma cosa. El maya no puede observar un árbol, una estrella o ser humano sin sentirse parte de él. Así opera la totalidad, no podemos decir que la noche está separada del día, más bien la noche es parte del día y éste a su vez forma parte de la noche. El Cabawil ,pues, implícitamente conlleva la plena acción de la cultura maya. También por eso en la cultura maya las cosas no sólo son sustancias materiales, sino además, se les considera como verdadera energía, esto es, actividad y procesos en donde ninguna de las propiedades de una parte de la telaraña  es fundamental, porque es la Totalidad el fundamento de la realidad. En síntesis el Cabawil evidencia un dejar de hablar de la realidad para mejor vivenciarla, vivirla y experimentar que somos el universo en nosotros mismos. Nuestros antepasados disciplinadamente guardaron el secreto de su abismal diferencia conceptual con el símbolo de los Habsburgo y nadie lo tejió o pintó para el invasor. Así el Cabawil continua invitando a evitar la incertidumbre, la fragmentación, la inactividad “.(40)

“El observador no puede ser diferente a lo que ocurre porque es parte viva y actuante de la realidad que investiga. Dicho de otro modo, el sujeto-objeto son una y la misma cosa. El maya no puede observar un árbol, una estrella o ser humano sin sentirse parte de él”: esto lo podrían haber suscrito desde Niels Bohr hasta Werner Heisenberg o Wolfgang Pauli  pasando por David Bohm, Ervin Laszlo y Bernard d’ Espagnat, porque para la física cuántica todos los seres vivos  somos “polvo de estrellas” y el involucramiento del observador en la experimentación cuántica es un fenómeno archi conocido, dado que partiendo de tal comprobación se llegó  tanto a la formulación por Einstein de su famosa paradoja EPR como, posteriormente, a la verificación experimental en Francia inicialmente  (1984) y  posteriormente por el CERN de Ginebra  (1998)  de la teoría de la inseparabilidad de las partículas a la que nos hemos referido anteriormente. De manera que el grado de concordancia que podemos encontrar  prima facie  entre la concepción científica del universo  y la cosmovisión maya es sorprendente.

Nos parece además  que tal  constatación podría ser el punto de partida  para proyectos de cooperación internacional destinados  a un diálogo intercultural destinado a potenciar la cultura y los conocimientos espirituales de los mayas guatemaltecos que podría cristalizar en el establecimiento o refundación de alguna de las instituciones que ya existen y se ocupan de ésta o similares problemáticas.

11. C o n c l u s i o n e s.

En esta ponencia hemos tratado de hacer un ejercicio de reflexión intercultural  utilizando para ello parámetros comparativos provenientes de varias culturas y civilizaciones, incluso hemos mencionado algunas del mundo antiguo,  como la caldea o la egipcia,  la civilización occidental y el budismo para intentar comprender mejor y poner de relieve  lo que posee de universal la gran  civilización maya precolombina y sus dignos herederos, los mayas actuales de Guatemala.

Constatamos así como algunos de los mitos más sobresalientes (Gucumatz, Ixquic) hacen evidente que el estadio evolutivo en materia espiritual de la sociedad maya precolombina se han conservado hasta el presente, como ocurre, por cierto, en Occidente en donde también la mitología es parte fundamental de la legitimidad religiosa y le da forma tanto a la concepción del mundo (filosofía) como, en buena medida, a  pautas  de comportamiento social.

Por  otra parte,   una comparación prima facie del tipo de espiritualidad que se expresa a través de  la cosmovisión maya nos ha permitido comparar el tipo de conocimiento proveniente de ella encontrando concordancias importantes con  las cosmovisiones propias de civilizaciones orientales - como el budismo-  así como también con ciertas concepciones  filosóficas  y  científicas como la teoría de los sistemas, la ecología profunda y la física cuántica.

Por esto mismo, y dada la importancia que los estudios acerca de la cosmovisión maya revisten en un país como Guatemala dada su naturaleza pluriétnica y multicultural, es recomendable su institucionalizació en los pensums de  educación superior y de educación media. Los institutos de investigación especializados,  centros de pensamiento y universidades deberían encargarse de este trabajo. También es recomendable  no sólo el reforzamiento del diálogo intercultural interno sino  el establecimiento de mecanismos institucionales para llevar a  cabo investigaciones de naturaleza  intercultural  con las grandes civilizaciones orientales de la India,  China, Corea y el Japón o euroasiáticas, como Rusia, utilizando los mecanismos propios de la cooperación internacional para las cuales las embajadas de esos países, incluyendo las embajadas de reciente instalaciónen (Rusia y la India)  podrían ser contactadas.

Finalmente,  siendo la cosmovisión maya sustento del cambio de era que se anuncia con el advenimiento del próximo Oxlajuj B’aktum del calendario maya esperemos que dicho fenómeno sea propicio para la  transformación de la conciencia – individual  y colectiva- que  se requiere para “repensarnos” y construir el nuevo paradigma holístico  indispensable para tener una visión integral  de la realidad. 

12. Notas

(1) Para reconstruir un significado es indispensable entrar en las profundidades de los valores y visiones del mundo -“cosmovisiones” - compartidos a nivel colectivo, es decir, en el ámbito de la cultura, lo cual supone mirar a los contextos sociales externos de cada cosmovisión dentro de otros contextos internos – de cada individuo-  que estructuran los valores internos y significados culturales, algunos de los cuales son explícitos y basta con entenderlos pero otros son implícitos y entonces para estos hay que aplicar un trabajo de investigación del tipo que proponen autores que van desde Dilthey a Weber o Habermas pasando por Heidegger,  Ricoeur, Gadamer o Taylor. La otra metodología posible es la estructural funcionalista (Claude Lévi-Strauss o Talcott Parsons) pero obviamente – por lo dicho- no es la que utilizaremos aquí.

(2) Por la premura con la que se redactó esta ponencia lamentamos no haber podido consultar textos como el reciente, de varios autores Raxalajab Mayab’ Kaslemalil : Cosmovisión Maya Plenitud de Vida, publicado por el PNUD, Guatemala; la edición más reciente del Popol Vuj del fallecido periodista y escritor Luis Enrique Sam Colop; o los textos de varios autores que han trabajado este tema publicados en Repensarnos, Guatemala 2012, capital mundial de la filosofía, UNESCO/URL; de manera  que nos hemos visto obligados  a circunscribir nuestra  consulta  a la obra en dos tomos  de Daniel Matul y Edgar Cabrera: La Cosmovisión Maya, publicado por la Liga Maya de Guatemala, Amanuense Editorial, Guatemala, 2ª edición, 2007.

(3) Para comprender en que consiste el enfoque transdisciplinario puede consultarse, por ejemplo, la obra del gran pensador francés Edgar Morin, de quién, entre otros libros y artículos sobre el tema hemos consultado el libro Relier les connaissances.Le défi du XXIe siècle, Éditions du Seuil, Paris, 1999.

(4) Tema que también fue desarrollado de manera novedosa en la primera conferencia plenaria  del Congreso por el maestro Pedro Reygadas Robles Gil de la UNAM (México)  aplicando su análisis a los mitos de los pueblos amerindios –incluyendo a los inuit de las tierras árticas-  en su ponencia sobre la mitología del “Ser, Tiempo y Espacio en Abya Yala”.

(5) Cf. Padilla, Leonel Eduardo: En Busca de una Razón Ética,  ponencia presentada al III Congreso Centroamericano de Filosofía, Guatemala, 14 de noviembre (inédita).

(6) Vease la obra de Fritjof Capra especialmente su libro El Punto Crucial. Ciencia, sociedad y cultura naciente, Editorial Troquel, Buenos Aires, 1992.

(7) Cf. Wilber, Ken: Sexo, Ecología y Espiritualidad. El Alma de la Evolución. Gaia Ediciones, Madrid, 2ª edición revisada, noviembre del 2005, p.38

(8)  Matul & Cabrera: Op.cit. (tomo I) p.17

(9) Ibid.pp.17-18

(10) “La cultura maya está viva. Todo lo que practicamos en la actualidad lo podemos encontrar en nuestro libro sagrado  el Pop Wuj; es la doctrina contenida en este libro la que garantiza nuestra existencia de grupo, nuestra identidad y unidad cultural. Sus leyes, codificadas en mitos, no sólo son necesarias sino indispensables para la vida maya de  hoy”(Ibidem).

(11) Ibid.p.18

(12) Paradigma es un concepto muy utilizado en la actualidad cuyo significado conviene precisar . Para Kuhn se trata de “una constelación de logros –conceptos, valores, técnicas- compartidos por una comunidad científica y usados para definir problemas y soluciones legítimos”.  Paradigma social es una “constelación de conceptos ,  valores, percepciones y prácticas compartidos por una comunidad, que conforman una particular visión de la realidad que a su vez es la base del modo en que dicha comunidad se organiza” como lo define Capra, la aplicabilidad del término se hace evidente. Al respecto véase:  Fritjof Capra: La trama de la vida. Una nueva perspectiva de los sistemas vivos, Anagrama, Barcelona, 1996 y el libro de Thomas Kuhn, Structure of Scientific Revolutions, University of Chicago Press, 1962. Hay una traducción al castellano: Estructura de las Revoluciones Científicas,  Madrid, Paidós Ibérica 1989   p.37
(13). Ibid. P.19
(14). Op. Cit. P.24

(15) La noción de inconciente colectivo proviene de Jung, quien lo consideraba como remanentes  de la conciencia arcaica de la humanidad, a los que él llamaba arquetipos o imágenes primordiales, que expresan una tendencia a formar representaciones sobre un modelo básico que puede variar constantemente como ocurre con el  ánima, o principio femenino, y el ánimus, o principio masculino. La sombra era para Jung un arquetipo básico, que designaba justamente lo desconocido e inexpresable, es decir, el propio inconsciente colectivo: “A semejanza de los instintos, los modelos de pensamiento colectivo de la mente humana son innatos y hereditarios. Funcionan, cuando surge la ocasión, con la misma forma aproximada en todos nosotros” El simbolismo de la muerte, los demonios, dragones y serpientes, círculos y triángulos, el ave como símbolo de liberación y de trascendencia, la peregrinación, el mito del héroe y una serie larguísima de otras figuras habitan el inconsciente colectivo y constantemente acuden a la consciencia sin que sepamos interpretarlos, y con variantes de formas y detalles, así como fluyen los instintos primitivos en cada momento de nuestras vidas. Al respecto véase: Carl G.Jung:  Obra Completa volumen 9/I: Los arquetipos y lo inconsciente colectivo, Editorial Trotta, Madrid, 2002.

(16) Ibidem,  El subrayado es nuestro para destacar que  el autor del texto considera que dicha “herencia cosmogónica” se utiliza para “abordar aspectos que se encuentran más allá del control racional” y que se trata de algo que no tiene nada que ver con el concepto occidental de religión.
(17) Ibidem
(18) Ibidem El tema del pecado original, sin embargo, plantea un problema mucho más complejo porque de acuerdo con las ciencias sociales y la teoría de la evolución (aplicada al campo de la psicología y de la cultura) todas las sociedades agrarias han desarrollado una mitología específica para explicar el paso de las primitivas sociedades arcaicas en las cuales el ser humano vivía en comunión con la naturaleza (y a nivel de la conciencia prevalecía una estructura no dual) a las sociedades agrarias en las cuales tanto la horticultura (matrilineal) como la agricultura (patrilineal) configuraron a nivel de la conciencia estructuras duales a cuya realidad responden los mitos sobre la “caída” del edén, es decir, el pecado original en la concepción judeo-cristiana. Así que convendría hacer mayores investigaciones, probablemente de tipo paleontológico, para encontrar rastros de ese tipo de mitos en el seno de las sociedades arcaicas de los mayas primitivos, durante el segundo y tercer milenios antes de nuestra era actual. Al respecto, cf:  Wilber, Ken: Up from Eden, Doubleday & Anchor, New York, 1981.

(19) Partiendo de Descartes, Spinoza considera que las 3 substancias cartesianas (res cogitans,res extensa y Dios) pueden ser reducidas a una sola: la substancia divina infinita  que identifica a Dios con la naturaleza (Deus sive natura) pues ésta última es una realidad que siendo causa de si misma a la vez lo es de todas las cosas, por tanto la naturaleza es equivalente a Dios: todos los objetos físicos son “modos” de Dios contenidos en el atributo “extensión” (“naturaleza naturada”)de la misma manera que todos los pensamientos - atributos de la res cogitans cartesiana-  también se vuelven modalidades divinas al ser parte de la naturaleza (“naturaleza naturante”). Spinoza es  entonces “monista” y se opone al dualismo de Descartes, pero como conserva su mecanicismo determinista no estuvo en condiciones de dar cuenta de la libertad humana. Cf. Delleuze, Giles: Spinoza, Filosofía Práctica Cuadernos Intimos 122, Tusquets, Barcelona, 1984

(20) Ibid. pp 20-21 Más adelante exponemos nuestro punto de vista acerca de la espiritualidad maya como un fenómeno que puede ubicarse dentro del marco de una religión en sentido auténtico, es decir, de una manera que apunta hacia la realización de experiencias de contacto con el espíritu a individual  o práctica transformativa (como ocurre con los chamanes) de modo tal que estas no deben confundirse con las prácticas exotéricas propias de la religión entendida en su sentido legítimo, es decir, como “integración significativa de una visión del mundo”Cf. Wilber, Ken: Un Dios Sociable, Introducción a la Sociología Trascendental,  Kairós, Barcelona, 1999 pp.87-98

(21) Este concepto se aplica al terreno social, en el campo económico se les considera como “economías campesinas” (la propuesta de ley de desarrollo rural actualmente en el Congreso tiene que ver con la economía campesina esencialmente) y es a este sector al que aplicamos el calificativo de “premoderno” pues la ley busca, precisamente, su modernización entre otras cosas. Por separado Hay coexiste  una economía moderna que en el sector agrícola se expresa en la economía de agroexportación la cual  reproduce el esquema de grandes latifundios (“fincas”) dedicados a cultivos como la caña de azúcar, café, palma africana, etc. 

(22) Al respecto puede consultarse una de las obras fundamentales de Georg Wilhelm Friedrich Hegel: Fenomenología del Espíritu, traducción de Wenceslao Roces, Fondo de Cultura Económica,  México,  1994
(23) Wilber, Ken: Op.cit. ibidem
(24) Al respecto puede consultarse la variada obra de Ervin Laszlo, entre otras: Science and the Akashic Field: An Integral Theory of Everything, Inner Traditions, Vermont USA, 2007 y Chaos Point 2012 and Beyond Our Choices Between Global Disaster and a Sustainable Planet, Hampton Roads, Virginia, USA ,2010 ; Peter Russell: From Science to God: A Physicist Journey into the Mystery of Consciousness,New World Library, Novato CA USA, 2005 o el libro del  Dalai Lama: The Universe in a Single Atom: The Convergence of Science and Spirituality ,Doubleday New York, USA, 2005.

(25) Ya antes mencionamos la diferencia que existe entre el conocimiento espiritual (trascendelia) distinto del  conocimiento empírico de las ciencias físicas y naturales ( sensibilia) y del conocimiento intelectual abstracto propio de las matemáticas o de la hermenéutica en las ciencias culturales que interpreta significados contextuales (intelligibilia). Hay que subrayar, sin embargo, que los 3  los tres tipos de conocimiento son científicos en la medida que todos estan sujetos al principio de confirmación-refutación (la “falsabilidad” de Karl Popper) siempre que se tome en cuenta que la naturaleza del método difiere sustancialmente pues no es lo mismo el experimento científico, la intuición intelectual o la experiencia  personal de iluminación espiritual  por medio  de la meditación. Al respecto Cf. Wilber, Ken: El Ojo del Espíritu, Kairós, Barcelona, 3ª ed. 2005,pp.93-107

(26) Según Gebser ser conciente no significa conocimiento sino “presencia despierta”.  Cada estructura de conciencia al hacerse deficiente es reemplazada por una modalidad superior y el advenimiento de la misma se puede advertir constatando los cambios que ocurren en la literatura, la lengua, las ciencias  y la cultura en general. Gebser vivió la época terrible de la segunda guerra mundial y ya desde aquel entonces se daba cuenta que un cambio fundamental debería ocurrir: el paso del estadio “mental” –caracterizado por la prevalencia del paradigma racionalista-mecanicista que carece de valores- para preparar la transformación hacia un estadio “integral” cuyos prolegómenos el veía en incorporación del tiempo al espacio (la teoría de la relatividad de Einstein) que conduce a la concepción del tiempo como una totalidad indivisible pero que se expresa de diferentes maneras según la estructura que prevalezca: la estructura mítica, por ejemplo, tiene una concepción cíclica del tiempo, mientras que para la estructura mental el tiempo es linear y la evolución progresiva, Cf. Jean Gebser: The ever present origin, Ohio University Press, 1991
(27) Al respecto véase la ponencia del autor de este trabajo ¿Crisis capitalista o crisis del sistema global? La globalización desde una perspectiva integral presentada en el marco del Congreso del 25 aniversario de FLACSO Guatemala (inédita).
(28) Tomado del artículo de Gary Lachman: Jean Gebser, Cartógrafo de la Conciencia,  publicado en Internet por la revista Mundo Next (Revista EnlightenNext en español: http://www.mundonext.com/jean-gebser-cartografo-de-la-conciencia/com) Los subrayados  son nuestros. La obra magna de Jean Gebser es Ursprung und Gegenwart Sttutgart, Deutsche Verlags-Anhalt, 1966, que fue traducida al inglés como  The Ever Present Origin , publicada en 1985 por Ohio University Press.
(29)  Se trata de la obra compilada por Edgar Montiel,  Juán Blanco y Amílcar Dávila Repensarnos, Guatemala 2012 capital mundial de la filosofía, publicada por el Instituto de Estudios Humanísticos de la Universidad Rafaél Landívar y por la representación de UNESCO en Guatemala en marzo del 2011. En el prólogo de dicho libro  el actual representante de UNESCO en Guatemala, el peruano Edgar Montiel, dice lo siguiente: “¿Que puede querer significar  preguntarse por el pensar, su sentido y su peso posible, ahora, aquí, en la Guatemala mesoamericana del final del treceavo b’aqtum?...Repensar Guatemala es repensar el Estado que hoy se tiene, la idea de nación que se ha construido…como avanzar en la construcción de una ciudadanía intercultural…..sin folclorización, superando la lógica del racismo, la división étnica y los guetos……por el contrario se deben crear puentes para construir una colectividad de país unida en su diversidad..interculturalizar el conjunto de la sociedad y sus instituciones…..propiciar la cultura de paz y democratizar las políticas públicas… (con lo cual  se busca) dar a conocer y promover pensamientos pertinentes, críticos y alternativos de la realidad histórica guatemalteca y latinoamericana…que apunten a la re-configuración de los horizontes de la praxis y de sentido desde la que se delinee un proyecto sociopolítico nacional y regional más justo. Pensares en suma que (re-)creen saberes y abran paso a una nueva epistemología no hegemónica, abierta, transformadora.” 

(30) Neumann, Erich: The Origins and History of Consciousness, Princeton University Press, 1973
(31) Matul & Cabrera: Op. Cit. p.77
(32) Campbell, Joseph:Las Máscaras de Dios, Alianza Editorial, Madrid, 1968
(33)  La famosa fórmula de Einstein  E=MC2 indica que la masa conlleva una cierta cantidad de energía aunque la primera se encuentre en reposo, o que cierta cantidad de energía de un objeto en reposo por unidad de su propia masa es equivalente a la velocidad de la luz al cuadrado.
(34) El libro más importante de David Bohm es “Wholenness and the implicate order” London, Routkedge,1973.De Laszlo, Cf.: Introduction to System Philosophy, New York, Harper  & Row y Evolution, the grand synthesis, Shambala, 1994.
(35) Las partículas de luz, conocidas como fotones son principalmente  ondulatorias aunque en fisica cuántica es bien conocido el hecho que particulas subatómicas se transforman contínuamente de corpusculares a ondulatorias y viceversa; al respecto puede consultarse la obra magna de Bernard d’ Espagnat: Traité de physique et de philosophie, Fayard, Paris, 2002.
(36) “La realidad como un todo no está compuesta de cosas o de procesos sino de holones (que son) totalidades que son simultáneamente partes de otras totalidades” Wilber:  Op.cit.p.72 y también véase Integral Spirituality, Integral Books, Boston&London, 2007.
(37) Como los recientes experimentos que comprobaron la existencia del boson de Higgs,  la “partícula de Dios” gracias gran acelerador de hadrones de que dispone el CERN (Centro Europeo de Investigaciones Nucleares) en Ginebra.
(38) Uno de los libros  fruto de ésta cooperación que cabe mencionar aquí, entre otros,  es la obra de Daniel Goleman Surmonter les émotions destructrices: Un dialogue avec le Dalai Lama, (prefacio de Matthieu Ricard ,Robert Laffont, Paris, 2003.
(39) Cómo sabemos el águila bicéfala es un símbolo tanto del Sacro Imperio Romano Germánico como de las casas reales Habsburgo y Romanoff pero se encuentra también en otras culturas, como la maya.
(40)  Matul & Cabrera: Op.cit. pp.105-107

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Capra, Fritjof : La trama de la vida. Una nueva perspectiva de los sistemas vivos, Anagrama, Barcelona, 1996

Capra, Fritjof : El Punto Crucial. Ciencia, sociedad y cultura naciente, Editorial Troquel, Buenos Aires, 1992

Capra, Fritjof: El Tao de la Física. Una exploración de los paralelismos entre la física moderna y el misticismo oriental, Editorial Sirio, Barcelona, México, Buenos Aires, 9ª edición octubre del 2007.                       

Delleuze, Giles: Spinoza, Filosofía Práctica Cuadernos Intimos 122, Tusquets, Barcelona, 1984

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Laszlo, Ervin:  Introduction to System Philosophy, New York, Harper  & Row, 1989

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Wilber, Ken: Un Dios Sociable, Introducción a la Sociología Trascendental,  Kairós, Barcelona, 1999

martes, 6 de noviembre de 2012

¿CRISIS CAPITALISTA O CRISIS DEL SISTEMA GLOBAL?

La globalización desde una perspectiva integral



FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES (FLACSO)
CONGRESO DEL 25 ANIVERSARIO, GUATEMALA, NOVIEMBRE DEL 2012
TEMA: CRISIS CAPITALISTA GLOBAL Y ALTERNATIVAS DE DESARROLLO

Dr. Luis Alberto Padilla*


“Teoría salvaje, subversiva y devastadora, la física cuántica ha tirado por tierra el edificio cuidadosamente vigilado que la física tradicional construyó a lo largo de los siglos y nos ha hecho entrar con los pies desnudos en el mundo de la ciencia ficción. Las revoluciones republicanas, marxistas, islamistas y otras arriesgan aparecer un día como insignificantes frente a la revolución cuántica. Nuestra organización sociopolítica y nuestros modos de pensamiento han sido trastornados y lo serán más todavía que por cualquier otro acontecimiento” Sven Ortoli & Jean Pierre Pharabod.*

1. Introducción

En esta ponencia sostenemos la tesis que durante mucho tiempo los cientistas sociales han tenido la tendencia de analizar el fenómeno de la globalización desde el punto de vista estrictamente económico, de modo que se parte de la “crisis capitalista global”, para examinar la magnitud de la crisis que ha provocado la globalización económica y la forma como nuestra economía (y la centroamericana) se articula con la economía mundial haciendo patente un cierto reduccionismo economicista.

Desde nuestro punto de vista para hacer un enfoque más apropiado del fenómeno de la globalización se requiere una metodología integral que considere los aspectos culturales, sociológicos, económicos y de carácter psicológico que ésta posee. Por estas mismas razones, considero más adecuado proponer como punto de partida la crisis del sistema global en lugar de la crisis del capitalismo, que en todo caso vendría a ser algo así como la expresión económica de lo que ocurre a nivel de la totalidad sistémica. Por eso mismo, supone tomar la parte por el todo o, lo que es lo mismo, incurre en el error de reducir el todo a una de sus partes. De modo que adoptaremos el enfoque que parte desde la totalidad sistémica y por ello desde ya respondemos al interrogante que plantea el título de la ponencia indicando que para nosotros la crisis es del sistema global y por ende, la crisis del capitalismo es una manifestación particular, económica, que no abordaremos específicamente(1).

En consecuencia, si comenzamos este análisis desde el punto de vista del sistema global hay que adoptar un enfoque que posea un mayor nivel de abstracción y generalidad. La primera cuestión entonces es que por sistema global desde el punto de vista de las ciencias sociales consideramos aquí al conjunto de las sociedades que habitan el planeta incluyéndolo como tal, pues de acuerdo con la ecología la tierra es también un sistema vivo conforme a la teoría de Lovelock y Margulis(2).

En este orden de ideas, si adoptamos el enfoque de la teoría de los sistemas - con una perspectiva transdisciplinaria - debemos señalar, de entrada, que también estamos incluyendo a la teoría de la evolución. Por consiguiente una primera cuestión a tratar es que en el análisis del sistema global deben incluirse a los sistemas vivos y si bien todo sistema vivo (y la persona humana al igual que la sociedad y el planeta entero lo son) onto y filogenéticamente ha pasado por fases que van de un menor a un mayor grado de complejidad lo cual significa que estamos observando el proceso de cambio, reiteramos, desde el punto de vista de la teoría de la evolución.

Una segunda cuestión importante a señalar, respecto a la teoría misma, es la constatación que dicho proceso evolutivo en el ámbito social no ha sido lineal-progresivo, sino que se trata de fenómenos de cambio de gran complejidad en los cuales la evolución ascendente coexiste con puntos de inflexión y ruptura, puntos críticos o punto caos fenómeno que se explica porque los procesos de cambio pueden orientarse en forma ascendente y avanzar trascendiendo/superando las estructuras obsoletas que han provocado las situaciones de crisis o bien pueden encaminarse negativamente y caer hacia una situación de degradación caótica que en el caso de la humanidad la podría llevar incluso hacia el colapso total (como ha sucedido con muchas civilizaciones) y a la misma desaparición del homo sapiens como especie, lo cual subraya la gravedad del problema que confrontamos, pues como dice uno de los investigadores consultados (Laszlo) parafraseando a Hamlet: evolución o extinción, esa es la cuestión(3).


Más que una contradicción entre modos de producción económica, clases sociales, naciones estado o civilizaciones, religiones y culturas, lo que realmente está en juego hoy en día entonces es la contradicción entre un sistema global basado en el paradigma cartesiano newtoniano de tipo mecanicista propio de la era del logos el cual, si queremos superarlo y reorientar la evolución hacia esferas de desarrollo más elevadas, deberíamos sustituirlo por un paradigma holístico basado en los postulados de la física cuántica y de una nueva espiritualidad.

Sostenemos entonces que esa nueva manera de ver el mundo, nueva filosofía o cosmovisión, debe construirse a partir de un cambio paradigmático, pues no es posible pensar de manera distinta –como ya lo decía Einstein- utilizando los mismos conceptos e ideas que se trata de transformar o cambiar. Pero para poder cambiar nuestra mentalidad tendríamos que transformar nuestra conciencia: ¿ hasta que punto es posible hablar de cambio o evolución de la conciencia? Veremos que para un connotado filósofo y pensador alemán del siglo pasado – Jean Gebser- esto no sólo es posible sino que hay una historia de las transformaciones de la conciencia que de estadios primitivos (como el arcaico) se pasó a etapas como la mágica o la mítica antes de arribar a la estructura de tipo “racional mental” cuyas deficiencias se han ido incrementando al mismo tiempo que estarían preparando el advenimiento de una mentalidad que Gebser llama “integral” situación en la que la humanidad se encontraría en la actualidad. Así que para superar la crisis global tendríamos que proponernos apresurar ese cambio de paradigma dado que son las ideas y la concepción del mundo (la weltanschauung) la que determina el cambio estructural y no al contrario.

De modo que, en síntesis, en lugar de “alternativas para el desarrollo económico” en esta ponencia planteamos, con base en el pensamiento de destacados filósofos y científicos contemporáneos, algunas ideas sobre lo que podrían ser las alternativas para la evolución no sólo de la conciencia, que es la base sobre la cual debe construirse la acción para promover el cambio social, sino también para la evolución o transformación de la sociedad(4) que es lo más importante para superar la crisis del sistema global. Necesitamos un nuevo paradigma que del logos que prevalece en el mundo presente nos conduzca al holos del futuro, si realmente nos proponemos salir de ésta crisis que afecta no sólo a Guatemala sino al planeta entero.

2. Las manifestaciones de la crisis

Aunque el ciudadano común y corriente de nuestro país pudiese pensar que el problema de la inseguridad es algo particular a Guatemala en realidad se trata de un problema mundial como ya lo decía Castells en un libro premonitorio de mediados de los noventa(5). El crimen organizado transnacional vinculado -o no- al narcotráfico y las políticas prohibicionistas extremas que Washington impone en todo el mundo es un fenómeno global. El miedo al terrorismo –magnificado por los medios de comunicación de masas- lo sufren por igual norteamericanos, europeos, africanos, indios o paquistaníes y no sólo árabes o habitantes del Medio Oriente que viven bajo la zozobra de los constantes atentados suicidas o la potencial conflagración general que causaría un “ataque preventivo” de Israel contra Irán. El terrorismo proveniente de sectas fundamentalistas o individuos desquiciados puede ocurrir hasta en ciudades tranquilas como Oslo o Denver. Los nefastos pronósticos de Huntington viendo venir la confrontación del mundo occidental con los musulmanes desde la época del fin de la guerra fría se confirmaron y junto con la equivocada política norteamericana de disputar a Moscú su zona de influencia natural en los pivotes geoestratégicos de Eurasia (la expansión de la OTAN y defensas antimisiles en Europa central) han elevado los gastos militares a más de mil millones de millones (1 billón) de dólares, gasto que repercute en detrimento de la paz y de la inversión en desarrollo humano disminuyendo la posibilidad de alcanzar los ambiciosos objetivos del milenio de Naciones Unidas para el 2015.

Mil millones de gente continúan viviendo en pobreza extrema mientras que un 20% de la población detenta el 80% de la riqueza mundial. La situación de la mujer no ha mejorado sustancialmente en la mayoría de países en desarrollo en donde se sigue padeciendo la discriminación de género, explotación y violencia contra las féminas. El cambio climático amenaza con convertir en desiertos grandes extensiones del planeta y con inundar las zonas costeras como consecuencia del derretimiento de los glaciares, casquetes polares y campos de hielo y fenómenos naturales como la “tormenta perfecta” que acaba de azotar la costa oriental de los Estados Unidos son cada vez más frecuentes. Las reservas de alimentos disminuyen y más de la mitad de la población mundial padece de restricciones de agua potable. Según estimaciones de la OMS, diariamente mueren unos 6,000 niños a causa de diarreas provocadas por contaminación del agua o las hambrunas que provocan las sequías sobretodo en los países del África subsahariana. Oleadas de inmigrantes invaden los países ricos desde los países pobres ante lo cual estos reaccionan construyendo muros o promulgando una legislación que criminaliza la inmigración por motivos primordialmente racistas, como ocurre con los latinoamericanos – y cientos de miles de guatemaltecos dentro de ellos- en Estados Unidos. Las epidemias de enfermedades infecciosas se extienden y son cada vez más graves, como ocurre con el SIDA en África. La última crisis económica mundial del 2008 desatada por la falta de regulación de la actividad bancaria y la especulación financiera de Wall Street condujo a la grave crisis de la Unión Europea que un gobierno alemán neoliberal pretende ahora solucionar con las mismas políticas de austeridad equivocadas que el “consenso de Washington” ha querido imponer a los países en desarrollo, - con resultados catastróficos como ocurrió en Argentina a principios de la década pasada- y que ha desatado un movimiento social de protesta – y no sólo en Grecia o España también en Estados Unidos - de gente indignada porque los gobiernos “rescatan” a los Bancos y no a los seres humanos(6). Por otra parte, hay que tener claro que la globalización económica es resultado del interés de las empresas transnacionales por operar en un mercado libre de trabas arancelarias y de allí que sean estas empresas corresponsables también de las crisis económicas y las consecuencias sobre el medio ambiente.(7)

3. Las raíces de la crisis: un paradigma obsoleto.

Hace más de trescientos años que al filósofo francés René Descartes se le ocurrió poner en duda la cosmovisión católica-tomista(8) del universo y proponer en su lugar otra “cosmovisión”, otra filosofía según la cual la razón individual es lo único en lo cual se puede confiar y a partir de allí se elaboró una nueva concepción del mundo, que desde entonces ha sido considerado como un gigantesco sistema mecánico compuesto de piezas - al igual que el cuerpo humano que es visto también por la medicina especializada como una máquina o sistema mecánico- todo lo cual derivó posteriormente en que estas ideas mecanicistas se aplicaron al Universo entero por científicos como Newton y a la vida social - concebida como una lucha competitiva por la existencia- por personajes cuyo nombre no vale la pena recordar que pretendían inspirarse en Darwin (quien nunca dijo que su teoría fuese aplicable a las relaciones interindividuales) , o al sistema patriarcal instaurado desde el inicio de las sociedades agrarias pero ahora justificado por una ideología según la cual eran las leyes naturales de la biología las que determinaban la sumisión de la mujer al hombre de modo que los valores asociados al machismo y a la dominación masculina prevalecieron en todas las sociedades al igual que una idea del poder concebido como dominio sobre los otros en el campo social y sobre la naturaleza en el orden físico natural.

Conforme al paradigma dualista/mecanicista el pensamiento y la mentalidad de la gente se vuelve predominantemente asertiva caracterizándose por ser eminentemente racionalista, analítica, reduccionista y lineal. Los valores son también asertivos y se caracterizan por la búsqueda permanente de la expansión, la competencia, la creencia en que “más tienes más vales” pues la riqueza y la posesión de bienes materiales son vistos como lo más importante en la vida, como lo que determina “el éxito” individual de las personas: el tener prevalece sobre el ser y la cantidad sobre las cualidades de las personas o sobre la calidad de las cosas.

Si bien Descartes quien además de la res cogitans y la res extensa creía en Dios y por ello se le atribuye haber dicho que “Toda la filosofía es como un árbol. Las raíces son la metafísica, el tronco la física, las ramas todas las otras ciencias” la verdad es que una vez separada la religión del Estado –por obra y gracia de las revoluciones inglesa y francesa- y de Kant quien declaró a la metafísica (“la cosa en sí” ) incognoscible por medio de la razón pura, las creencias religiosas quedaron relegadas al campo de lo estrictamente individual, de la llamada razón práctica y de la fe como virtud personal. La “espiritualidad” quedó mal vista por la ciencia moderna y por el racionalismo que desde entonces se apoderó de la filosofía, porque a pesar de los intentos de ir más allá del racionalismo que hiciera la filosofía post moderna francesa(9) la verdad es que en este campo ocurre como en el de la economía: se les dice a los políticos que hay que aplicar medidas keynesianas para salir de la crisis – como lo han hecho Krugman y Stiglitgz reiteradamente - y estos continúan aplicando las recetas neoliberales, todo debido a los viejos paradigmas son “duros para morir” y subsisten en la mentalidad de las personas, como ocurrió durante el renacimiento que a pesar de la demostración científica del sistema heliocéntrico – Galileo, Copérnico - la gente seguía pensando que la tierra era plana y que el sol giraba alrededor de ella.
De manera que como sostiene Gebser en su obra, lo veremos adelante, “todas las estructuras de conciencia previas siguen activas, aunque obscuras, en nuestra conciencia presente”(10) lo cual explica la resistencia del ser humano a cambiar sus formas de pensamiento, su ideología, sus “cosmovisiones” en suma.

Es por ello que en el mundo sigue prevaleciendo una mentalidad basada en el sistema de pensamiento racionalista propio de la modernidad y de la ilustración que se ha quedado obsoleto debido a su incapacidad para integrar los conocimientos de las disciplinas particulares y a su igual incapacidad, debido a su naturaleza parcial al reduccionismo – la tendencia a considerar las ideas o la cultura como una expresión de intereses económicos es un ejemplo-- para adoptar una visión holística transdisciplinaria que es la única forma de abocarse con seriedad a la solución de la crisis contemporánea.

4. Hacia un nuevo paradigma.

A diferencia del paradigma cartesiano la teoría de los sistemas al igual que la cosmovisión integral de pensadores como Ken Wilber(11) o Ervin Laszlo postula una visión holística integrada del mundo en lugar de considerarlo como una discontinua colección de partes siendo también una visión ecológica porque reconoce la interdependencia fundamental de todos los fenómenos y el hecho que como individuos y sociedades estamos inmersos y dependemos de los procesos cíclicos de la naturaleza.


El nuevo paradigma posee una visión cosmocéntrica los seres humanos son “hebras de la trama de la vida”, no separa los humanos del entorno natural, lo cual es congruente con la espiritualidad entendida como la filosofía perenne que poseen las tradiciones espirituales místicas sean estas cristianas, budistas o, por ejemplo, la filosofía y cosmología subyacente en las tradiciones espirituales del pueblo maya(12).


El pensamiento en el nuevo paradigma es integrativo y se caracteriza por ser intuitivo, sintético, holístico y no-lineal a la vez que sus valores buscan la conservación del medio ambiente, la cooperación, privilegian la cualidad/calidad sobre la cantidad y la asociación sobre el espíritu competitivo. El poder se entiende como influencia (no dominio) y se pasa de la visión de jerarquía a la de redes en la organización social. Como cosa curiosa podríamos señalar la mayor importancia concedida a la psicología sobre la lógica y en el campo de las ciencias naturales a la biología sobre la física.

5. La teoría de los sistemas, la física cuántica y la ecología.

W. Ross Ashby y Norbert Wiener desarrollaron la teoría matemática de la comunicación y control de sistemas a través de la regulación de la retroalimentación cibernética. En 1950 el austriaco Ludwig von Bertalanffy formuló la teoría general de los sistemas argumentando entre otras cosas que estos no pueden ser comprendidos por medio del análisis dado que las propiedades de las partes no son propiedades intrínsecas sino que sólo pueden ser comprendidas en el contexto de un conjunto mayor. Para Bertalanffy hay que concentrarse en los principios esenciales de la organización ya que en contrapartida al método analítico el método sistémico es contextual, lo cual significa que a diferencia del análisis que busca aislar algo para estudiarlo y comprenderlo, el pensamiento sistémico encuadra este algo dentro del contexto de un todo superior.

Por otra parte, hay que tener presente que la teoría de los sistemas está estrechamente vinculada a la física cuántica. Recordemos entonces que en la física clásica newtoniana se pensaba que todo fenómeno puede reducirse a partículas sólidas y concretas (materiales) mientras que ahora la física cuántica demuestra que las partículas materiales se disuelven a nivel subatómico en pautas de probabilidades en forma de ondas. Estas pautas o probabilidades no representan probabilidades de “cosas” sino más bien de interconexiones, son interconexiones entre partículas subatómicas: “el mundo es un complicado tejido de acontecimientos en el que las conexiones se alternan, superponen o se combinan determinando así la estructura del conjunto” como sostenía el famoso Heisenberg, teórico del no menos famoso principio de incertidumbre o indeterminación cuántica que ha tenido repercusiones en todos los ámbitos académicos a raíz de la comprobación, por vía experimental, de la muy conocida paradoja EPR, que Einstein formuló para refutar a Heisenberg -y al grupo de Copenhague de Niels Bohr- pero que al final de cuentas el refutado fue él, porque tanto en los experimentos de Francia como en los del CERN de Ginebra se comprobó la inseparabilidad de las partículas que parte del principio que a nivel subatómico la realidad es un todo indivisible, “no separable”. En síntesis, en la mecánica clásica las partes determinan el comportamiento del conjunto, en la mecánica cuántica es el todo el que determina el comportamiento de las partes y las partículas elementales no son entidades no analizables con existencia independiente, son un conjunto de relaciones que se extienden entre partículas(13).

Por otra parte, recordemos que la teoría de los sistemas y la biología han tenido también una importante aplicación en la Ecología. James Lovelock y Lynn Margulis son los autores de la teoría de Gaia que considera al planeta entero como un sistema vivo, autopoiesico y autorregulador, lo cual se puede constatar en las constantes de composición atmosférica, temperatura, salinidad oceánica, dióxido de carbono y oxigeno. En forma transdisciplinaria la geología, la microbiología, la química atmosférica y otras disciplinas han demostrado que la tierra es un sistema vivo (autopoiesico)(14) que crea las condiciones aptas para su propia existencia.

6. El nuevo paradigma, la evolución social y de la conciencia.

Hemos visto a grandes rasgos las características que debería tener ese nuevo paradigma y esa transformación de la conciencia que se requiere para salir de la crisis global. Sin embargo, hay que recordar algo de lo que ha sido la evolución social para comprender mejor ésta problemática. Al principio la evolución social fue lenta: el paleolítico o edad de piedra con bajo nivel de innovación y gran estabilidad duró unos 10 milenios. La domesticación de plantas y animales condujo a la revolución neolítica hace unos 10,000 años, de cazadores recolectores nómadas el planeta pasó a tener sociedades sedentarias de pastores y agricultores. Las innovaciones tecnológicas (control del fuego, diseño herramientas (azadón), la rueda, el arado condujeron de las comunidades neolíticas a los vastos imperios arcaicos de Babilonia, Egipto, la India y China. A nivel de la conciencia esto supuso el paso de una mentalidad o conciencia arcaica a otros estadios que se caracterizaron por el predominio de mentalidades mágicas o míticas. En Grecia es en donde aparece por primera vez una mentalidad racional: en Atenas filósofos como Platón y Aristóteles evidencian el paso de la mente humana del pensamiento mítico al pensamiento racional, del teos se pasó al logos.

Durante la edad media se retorna al teos, pero – como ya vimos- durante la época renacentista y de la ilustración con filósofos como Descartes, Leibniz, Newton, Rousseau -que preparan el advenimiento de Kant y de Hegel- se retorna al predominio, en las altas esferas del mundo académico, de la mentalidad racional, mientras en el campo de las ciencias naturales el nuevo paradigma heliocéntrico de Galileo /Copérnico y la gravitación universal (Newton) conducen también al renacimiento del logos. Este es el paradigma que actualmente continua manteniendo su predominio en la academia a escala mundial y en menor grado informa la mentalidad de ciertos estratos sociales en todos los países del mundo, siendo la raíz – como ya hemos señalado también- de la crisis global que padecemos. De allí la necesidad de evolucionar hacia un estadio superior de conciencia, hacia el nuevo paradigma holístico e integrador cuyo origen se encuentra en la física cuántica pero que ha sido desarrollado en el campo de las ciencias biológicas, de la ecología, las neurociencias, la psicología transpersonal y de las ciencias sociales por numerosos investigadores y filósofos, dentro de los cuales destacan los ya mencionados Jean Gebser, Stanislav Grof, Ken Wilber y Ervin Laszlo.

Gebser sostiene que la evolución de la conciencia ha llegado a la etapa actual que es la de una mentalidad racional – después de superar las etapas mágicas y míticas- pero dicha mentalidad debe continuar su evolución hacía el estadio superior de la conciencia integral (o transpersonal/transracional como la llama Wilber) pero que dicha evolución se ha visto bloqueada por deficiencias que – como ocurrió en Alemania durante la era de Hitler en la que se produjo una regresión o involución al etnocentrismo tribal- pueden ocurrir en el proceso con resultados lamentables, como – extrapolando las ideas de Gebser- podemos constatar en el mundo actual. Pero, por otra parte, es fundamental tener presente que no necesariamente las estructuras de conciencia previas que siguen activas, aunque obscuras –como dice Gebser- en nuestra conciencia presente son negativas. En el caso de los nazis y el hitlerismo lo fueron, en el caso colectivo de los terroristas de Al Qaeda e individual de los psicópatas de Oslo y de Denver también obviamente se trata de involuciones o regresiones negativas.

Sin embargo, hay ciertas estructuras de conciencia previas a la racional, como la mítica, cuyas manifestaciones presentes pueden cumplir con una función positiva, y este es el caso de las cosmovisiones indígenas. Stanislav Grof trata esta cuestión de la siguiente manera:

“Si observamos cómo interpreta el mundo la civilización industrial occidental y lo comparamos con la visión que de él tenían las culturas antiguas indígenas, encontraremos una diferencia abismal. Uno de los aspectos que determinan esta diferencia es la profundidad y calidad de nuestro conocimiento del mundo material. La ciencia occidental sin duda ha descubierto muchas cosas, desde el mundo de la astrofísica hasta el mundo de los quanta , conceptos que las culturas antiguas e indígenas desconocían por completo. Esto es algo natural, algo que viene dado con el tiempo y el progreso y que todos consideramos normal. Sin embargo, existe otro aspecto de esta diferencia absolutamente extraordinario y sorprendente. Es el desacuerdo fundamental sobre la presencia o ausencia de una dimensión espiritual en el universo. Para la ciencia occidental el universo es esencialmente un sistema material que se creó a sí mismo. Puede entenderse, al menos en principio, en función de las leyes naturales. La vida, la conciencia y la inteligencia se consideran unos productos más o menos secundarios y accidentales de la materia. En contrapartida, las culturas antiguas y aborígenes dotan al universo de una esfera anímica, con muchos ámbitos generalmente invisibles, y consideran la dimensión espiritual un aspecto fundamental de la realidad. Esta diferencia entre las dos concepciones del mundo suele atribuirse a la superioridad de la ciencia occidental sobre la primitiva superstición. Los científicos materialistas atribuyen las nociones de espiritualidad a una falta de conocimiento, a la superstición, a falsas ilusiones, a un pensamiento mágico primitivo, a una proyección de imágenes infantiles en el cielo o a una psicopatología aguda. Sin embargo, cuando consideramos el tema con detenimiento, vemos que la razón de esta diferencia estriba en alguna otra cosa. Tras cuarenta años dedicado a la investigación de la conciencia, puedo decir a ciencia cierta que esta diferencia sólo se basa en la ingenuidad e ignorancia de la civilización industrial occidental respecto a los estados atípicos de la conciencia. Todas las culturas indígenas antiguas valoraban mucho los estados anormales de la conciencia. Dedicaban mucho tiempo a desarrollar métodos seguros y eficaces para inducirlos y luego los utilizaban para diversos propósitos: como vehículo principal de su vida espiritual y ritual, para diagnosticar y curar enfermedades, cultivar la intuición y la percepción extrasensorial y para la inspiración artística.”(15)

Está claro que en el largo párrafo que hemos transcrito el análisis de Grof concierne exclusivamente a las culturas antiguas (la antigua civilización egipcia, caldea, sumeria o maya) así como a las “aborígenes e indígenas” pero que no está refiriéndose a la grandes civilizaciones del Oriente (la India, Japón o China). En todo caso, y con relación al Tíbet ,en donde el budismo es fundamental, un diálogo intercultural sumamente fructífero se instaló y ha venido funcionando de manera innovadora gracias a la fundación del Mind & Life Institute, del cual uno de los fundadores es el Dalai Lama y, por cierto, el distinguido científico chileno Francisco Varela, a quien ya hemos citado (fallecido prematuramente en 2003), porque evidentemente la práctica de la meditación y el estudio de los estados de conciencia transracionales –o transpersonales- que con ella se logran es algo que se viene haciendo, desde hace más de dos décadas(16).

Por otra parte, conviene tener presente que para el caso de Guatemala es evidente que la espiritualidad y la cosmovisión maya no sólo encaja perfectamente dentro de lo expuesto por Grof sino que, como he intentado demostrar en otra ponencia, presenta numerosas concordancias con la ciencia y la filosofía contemporáneas.(17)

7. ¿Es posible un macrocambio social a partir de la transformación de la conciencia?

El eminente filósofo y científico húngaro Ervin Laszlo publicó en 2008 un libro denominado “El cambio cuántico: Cómo el nuevo paradigma científico puede transformar la sociedad”(18) en el cual sostiene            –parodiando a Hamlet- que la cuestión esencial del mundo contemporáneo frente a la crisis global es evolución o extinción. Después de referirse a los escenarios posibles de desembocadura de la crisis y sostener que sin cambios la misma puede conducir a la extinción de la humanidad como especie habitante de este planeta, pasa a considerar lo que habría que hacer para promover el surgimiento de una civilización sostenible partiendo de la idea que todavía estamos a tiempo de impulsar el cambio.

Según Laszlo todo “macrocambio” supone una fase inicial de cambio gradual pero que se mantiene constante antes de pasar a una fase posterior de incremento rápido que lleva a lo que Laszlo llama un punto de “crisis y bifurcación” que finalmente culmina en una fase concluyente de avance hacia un sistema nuevo más estable, pero que presenta el peligro que en ese mismo punto de bifurcación el cambio puede conducir al colapso, en cuyo caso la sociedad podría caer en la crisis y en el caos.

¿Cuáles son los factores que determinan la fase inicial de cambio? Para Laszlo se trata de innovaciones en tecnologías duras (herramientas, máquinas, sistemas operativos) que aceleran el cambio al conducir a una mayor eficacia en la manipulación de la naturaleza con fines humanos, todo lo cual ha venido ocurriendo desde hace largo tiempo a escala mundial. En la fase de transformación, que es un proceso que ha venido ocurriendo a partir del fenómeno de la globalización, las innovaciones tecnológicas conllevan cambios sociales y en las relaciones con el entorno provocando un nivel más alto en la producción, un incremento rápido de la población (la población mundial ya alcanzó los 7 millardos), mayor complejidad social con y un impacto creciente (negativo) en el medio ambiente que ha acelerado el cambio climático de manera indeseable.

Nos encontramos ahora justamente en la fase más crítica porque es la que afecta a la cultura (la “cosmovisión” ) la cual ve cuestionada y el sistema global no carece de orden pero este es extremadamente sensible a las fluctuaciones es decir, que puede conducir a una ruptura brutal y por consiguiente al caos(19).

Se trata entonces de evitar que la evolución de la cultura o “mentalidad” dominante determine un desenlace negativo del proceso, es decir un salto caótico del sistema, pues la manera como se escinde su trayectoria de cambio cuando ésta arriba al punto de bifurcación vendría a ser el “punto crucial” parafraseando el nombre del libro de Fritjof Capra(20).

Evidentemente, si llegásemos a entrar en la fase de colapso el orden social se vería expuesto a una serie de crisis que podrían degenerar en conflictos y en violencia, en guerras que pueden conducir al colapso de la civilización entera, como aparentemente habría sido el caso de la civilización maya de las épocas clásica y post clásica de acuerdo con la teoría de investigadores como Jared Diamond(21) y otros.

Debido a este peligro, en la fase de avance de la  mentalidad de una masa crítica de personas  se esperaría que las personas con una conciencia más avanzada estuviesen en capacidad de promover una evolución de tal suerte que se adquiera un nuevo paradigma  mejor adaptado al tipo de “macrocambio” que se busca.

Por ende, nos recuerda Laszlo, hay que tener presente que los cambios en las sociedades humanas ( a diferencia de la naturaleza) son consecuencia de cambios internos de mentalidad y consciencia ya que son estos los llamados a conducir a un cambio en la manera de relacionarse entre sí de las personas y con el entorno o medio ambiente.

 En consecuencia, y considerando el hecho que la tan llevada y traída “globalización” finalmente es un fenómeno que consiste esencialmente en la expansión del ámbito de interacción de las sociedades humanas no importando su diversidad y distancia espacial, entonces  hay que tener presente que en la sociedad contemporánea es el sistema global (no la crisis del capitalismo, que es un simple “modo de producción” como le llamaba el mismo Marx) el que está determinando su insostenibilidad,  la cual a su vez es resultado de ese modo de expansión  que se traduce en la búsqueda frenética del crecimiento económico a toda costa, en las migraciones planetarias, la desigualdad, la pobreza, el terrorismo, las guerras y todos estos efectos negativos que, combinados con degradación ecológica, nos ponen en riesgo de conducirnos al caos, que dentro de ésta  perspectiva analítica es equivalente – ni más ni menos- que  a la extinción de la especie humana.

Entonces si en este proceso ya pasamos la fase inicial y la de transformación y nos encontramos justo en la fase crítica, en el punto de bifurcación –tercera fase- en donde en medio de la crisis de civilización y del sistema global (y no solo del capitalismo que es su expresión económica) la humanidad tendrá forzosamente que elegir uno de los caminos a seguir, aquí en ésta encrucijada es en donde la profética idea de los mayas acerca del cambio del Oxlajuj B´aktum que se producirá el próximo solsticio de invierno adquiere toda su dimensión e importancia, cuestión que no escapó al conocimiento y atención de Laszlo quien con sabiduría y clarividencia hace seis años publicó un libro en el cual escribió lo siguiente:

“Los procesos iniciados al principio del siglo XIX fueron acelerados desde la década de 1960 y se dirigen inevitablemente hacia una ventana de oportunidad seguida de un punto crucial de no-retorno: el punto caos frente al cual no podemos permanecer indecisos, no podemos retroceder y debemos continuar en movimiento porque hay vías alternativas que nos llevan hacia adelante. Hay una línea de quiebre hacia abajo pero también hay un sendero que nos conduce a un mundo nuevo. En un notable y tal vez no del todo fortuito acuerdo con la fecha predicha por la civilización Maya, ese “punto caos” es probable que se alcance en o alrededor del año 2012. El calendario Maya indica que esa será la “Era del Jaguar”, el treceavo Baktum o período de la cuenta larga de 144,000 días que llegará a su fin con el quinto sol del 22 de diciembre del 2012. Esa fecha, de acuerdo con el sistema Maya marcará entonces la “entrada” a una nueva época de desarrollo planetario, gracias a un tipo de conciencia radicalmente distinto. El año 2012 es posible que sea realmente la puerta de entrada a un mundo diferente, pero si este será un mundo mejor o desastroso todavía no está decidido. Estamos en el punto de bifurcación de dos caminos alternativos que se abren ante nosotros: a) el camino de la caída que conduce al desastre debido a la rigidez y a la falta de visión de largo plazo que provoca una tensión insoportable para las instituciones y cuyo resultado será el conflicto y la violencia de proporciones globales, con una anarquía generalizada en consecuencia, o b) el camino ascendente: la evolución hacia una nueva civilización. Una nueva manera de pensar con valores más adaptados y una conciencia más evolucionada movilizará a la gente y catalizará el surgimiento de una nueva creatividad. Los pueblos y las instituciones controlarán las tensiones que surgieron con la irreflexiva fascinación de las generaciones precedentes por la tecnología y la ilimitada búsqueda de riqueza y de poder. Alrededor del año 2032 una nueva era debería comenzar para la humanidad. La visión que tenemos de esta dinámica de transformación en cuatro fases es simple y directa: en toda sociedad los cambios fundamentales son el resultado de innovaciones tecnológicas que desestabilizan las estructuras e instituciones establecidas. Sin embargo, hoy en día las nuevas estructuras e instituciones que la humanidad necesita esperan que aparezca una mentalidad más adecuada en la mayoría de la población. De esa manera, si bien es cierto que para transformar el mundo se requiere de la innovación tecnológica como un detonador, el factor decisivo no provendrá del cambio tecnológico sino del surgimiento de un nuevo pensamiento –de nuevos valores, percepciones y prioridades- en una masa crítica de personas que constituirán la mayoría de la sociedad”(22)

8. Conclusiones.

El llamado fenómeno de la globalización, aunque tiene una dimensión económica importante, posee también dimensiones de naturaleza sociopolítica, cultural y ecológicas que abarcan, actualmente al planeta en su conjunto. En esta ponencia presentamos datos y evidencias que se obtuvieron investigando bibliografía reciente de connotados científicos y filósofos contemporáneos, con lo cual se demuestra que la crisis de sostenibilidad ecológica que sufre el planeta sobrepasa con creces las crisis económicas particulares que se pueden sufrir en países o regiones determinadas, así como las problemáticas de orden nacional o internacional.

Por eso mismo hablamos de una crisis del sistema global y no del capitalismo y planteamos que la salida, las “alternativas” – para esa crisis global - no son de carácter económico tampoco, aunque naturalmente, tal postura no riñe con la posibilidad de que en cada país el mundo académico, los partidos políticos o los sectores sociales con sus respectivas agrupaciones gremiales aborden las problemáticas nacionales y propongan alternativas de acción política sean estas en materia de desarrollo económico-social o de otra índole.

Nuestro interés ha sido nada más proponer una visión integral que puede ser utilizada en el mundo académico como una metodología útil. En el caso de Guatemala, nos parece que la metodología integral aquí referida es perfectamente aplicable de manera que, sin entrar a considerar particularidades cosa que los expertos conocedores de cada tema manejan mejor, nuestra sugerencia va en la dirección de que manteniendo la crisis global en el horizonte, como una especie de gran escenario de fondo dada su obvia incidencia en lo que ocurre tanto a nivel nacional como regional, es conveniente abordar cualquier problemática con una perspectiva transdisciplinaria y que esto es fundamental no sólo para mejorar los diagnósticos sino para decidir alternativas de acción.

Insistimos entonces en que la utilización de las ocho grandes concepciones paradigmáticas que hemos mencionado (la fenomenología, el estructuralismo, la autopoiésis, la neurofisiología, la hermenéutica, la antropología cultural, la autopoiésis social y la teoría de los sistemas (dentro de la cual se ubican no sólo las ciencias naturales sino la física cuántica) paradigmas que se encuentran insertos en la visión integral cuadrangular wilberiana (subjetivo/objetivo, interno/externo) la cual a vez se refiere a los cuatro grandes campos de las ciencias sociales que son la cultura, la sociedad, la ecología y la persona humana.

Pero retornando de nuevo a lo que hemos dicho sobre la crisis global, y respecto al proceso de evolución y transformación de la conciencia que es otro de los grandes temas abordados en esta ponencia, nos parece que al igual que en plano individual (ontogenético) existe un proceso evolutivo que determina el tránsito del egocentrismo infantil a la racionalidad de la madurez pasando por el etnocentrismo de la adolescencia y la juventud, así también a nivel colectivo (filogenético) es evidente que la expansión de la consciencia grupal transita de las sociedades primitivas a las naciones estado, de las sociedades agrarias a las industriales, de lo mítico a lo racional, culminando con las actuales sociedades de la información, que deberían estar dotadas ya de una cosmovisión transpersonal/ transracional que es la base sobre la cual debería asentarse la (todavía) potencial sociedad global holística que se requiere para salir de la crisis, pero dado que esto todavía no ocurre resulta indispensable –vía la acción educativa- propiciar el conocimiento necesario para facilitar su advenimiento.

Dicho en otras palabras, para salir de la crisis del sistema global tenemos que estar en capacidad de incidir en la transformación de la conciencia individual y colectiva porque esto es indispensable no sólo para cada estado nacional sino para la humanidad en su conjunto. Salir de, superar cada una de las pequeñas crisis o problemáticas local/nacionales requiere del cambio de nuestra mentalidad, de nuestra manera de ver las cosas, de nuestra conciencia, y para ello deberíamos comenzar haciendo el esfuerzo de partir permanentemente no sólo de la gran problemática global sino también de la gran teoría integral, de la gran teoría de todas las cosas. A fin de obtener mejores resultados de nuestra acción a nivel local debemos partir del estudio del sistema, de las totalidades/parte, de los holones. Hoy más que nunca se confirma que hay que pensar de manera global para actuar a nivel local, sin olvidar que este tipo de acción, como ocurre con los ecosistemas y los ciclos tróficos del mundo natural, retroalimentarán y tendrán una incidencia en los procesos a escala mundial.

En efecto, el proceso histórico que vivimos es tan profundo como cualquier otro proceso evolutivo pero en la actualidad el tiempo se ha acelerado y se ha vuelto incomparablemente más rápido que cualquier otro sucedido en el pasado lo cual significa que tanto los individuos como las sociedades se encuentran ante el enorme desafío no sólo de adaptarse a la dinámica del proceso sino de asumir el reto de cambiar el obsoleto paradigma de raíz cartesiana que domina actualmente nuestra cultura y sustituirlo por un paradigma holístico e integral a fin de superar la crisis de civilización que se padece en el planeta entero.

Pero hay que tener presente que esa nueva civilización holística que se aproxima, al trascender al logos sin embargo deberá incluirlo conservando sus aspectos positivos. En Guatemala, por ejemplo, no se trata de avanzar hacia la integralidad eliminado la racionalidad y la modernidad entre otras razones porque en muchos aspectos nuestro país aún no ha concluido su modernización: no somos todavía ni un estado plenamente democrático ni mucho menos un estado de derecho y tenemos graves tareas pendientes como lo son disminuir las desigualdades y la pobreza, integrar la nacionalidad guatemalteca terminando con las exclusiones por motivos culturales, étnicos o de género, incluyendo por supuesto el pleno reconocimiento a los derechos de los pueblos originarios para lograr la unidad con respeto a la diversidad.

Trascender no significa eliminar todo lo proveniente del pasado, solamente aquello que ya no es funcional como la visión fragmentaria de la economía, la sociedad y la cultura, porque dicha visión fragmentaria se ha convertido en un obstáculo para el desarrollo sostenible, pero obviamente, tenemos que mantener las políticas de modernización en relación a todos aquellos aspectos premodernos que caracterizan al Estado y a la sociedad, no se trata de desechar la modernidad sino de incluirla para mejorar la situación general del país, y lo mismo ocurre con los aspectos míticos que caracterizan la espiritualidad de importantes segmentos de la población, mayas o no mayas, ya que estos se adscriben a prácticas religiosas legítimas que deben conservarse, porque la religión (y la Iglesia Católica o las iglesias evangélicas) tienen (y han tenido desde siempre) un importante papel que jugar en el desarrollo nacional.

Y esto nos lleva de la mano a la consideración final, pero no la menos importante, acerca del rol fundamental de la espiritualidad que se expresa a través de la cosmovisión maya porque ésta tiene implicaciones profundas para el tema del cambio paradigmático gracias a la compatibilidad y concordancias que posee tanto con otras cosmovisiones, como con la filosofía y las ciencias lo que abre un espacio importante para que un verdadero diálogo intercultural sea institucionalizado en Guatemala(23). Por ello la cosmovisión maya no sólo debe considerarse como un sustento fundamental del cambio de era anunciado por el advenimiento del próximo Oxlajuj B´aktum, de la transformación de la conciencia y de la construcción del nuevo paradigma holístico sino también de la nacionalidad guatemalteca en su conjunto.

En consecuencia frente a la actitud temerosa de aquellas personas que al llegar a la encrucijada del punto crucial que nos obligará a decidir entre el caos y la anarquía o por el salto hacia adelante y hacia lo alto, nuestra conclusión principal es que frente al pesimismo hay que optar por el optimismo y ver una ventana de oportunidad en el proyecto de la gran transformación de la conciencia humana , de un cambio de mentalidad que debe orientar los procesos de cambio por el camino ascendente de la trascendencia y la espiritualidad. 

La humanidad ha evolucionado del mitos al teos y de este al logos, pero ahora se trata de trascender el logos -como nos recuerda Laszlo- ascender de nuevo hacia el holos –incluyéndolos a todos, para alcanzar el reinado del espíritu, entendido éste como ya lo habían comprendido filósofos de la talla de un Schelling o un Hegel en el siglo XIX pero como también como lo han concebido desde siempre las grandes cosmovisiones universales – las tradiciones orientales, el budismo, el cristianismo y la cosmovisión maya- y las tradiciones místicas de los sabios e iluminados de todos los tiempos: de Platón a Spinoza, de Plotino a San Juán de la Cruz, del Maestro Eckhart a Santa Teresa de Avila, de Nagarjuna a Aurobindo, de Lao-Tsé a Vivekanda, de Buda a Cristo.

9. Notas 

*Profesor universitario (URL), docente de FLACSO, doctorado en la Universidad de París (reconocimiento de grado académico USAC,1978) , abogado (USAC). Fundador y presidente del Instituto de Relaciones Internacionales e Investigaciones para la Paz (IRIPAZ). Diplomático de carrera ha sido embajador ante Naciones Unidas en Ginebra, La Haya y Viena así como embajador en Holanda, Rusia, Austria y Chile. Ha publicado varios libros y artículos sobre temas de filosofía del derecho, relaciones internacionales, ciencia política , resolución de conflictos e investigación para la paz.

* Cit.por Jean Staune in: Notre existence a-t-elle un sens? Une enquete scientifique et philosophique, Presses de la Renaissance, Paris, 2007, p.105 (traducción libre del francés LAP)

(1) “La globalización representa la emergencia de un solo espacio económico integrado que es conducido por la lógica organizacional de las redes industriales de las corporaciones y sus relaciones financieras que se intersectan en múltiples espacios políticos….la globalización encuentra su origen en la naturaleza cambiante de las operaciones transfronterizas de las empresas que se deciden para organizar el desarrollo, producción, origen, mercadeo y actividades financieras… La creciente interdependencia económica ha reducido la distancia entre las naciones soberanas y las regiones, requiriendo una más estrecha cooperación en el manejo de la macroeconomía nacional…Una empresa transnacional no es un agregado de firmas nacionales dispersas sino que se encuentra manejada por un conjunto de estrategias globales que racionalizan la asignación de recursos a lo largo de todo el espectro del mercado” Reinicke Wolfgang in : Global Public Policy: Governing without Government? & Interdependence, Globalization and Sovereignty, Brookings Institution, Washington,1998, pp. 11-13 .Aunque hemos dicho que en la ponencia no trataremos la crisis económica – que es la crisis del capitalismo- habría que preguntarse hasta que punto la crisis financiera del 2008 y la actual crisis – también financiera- de la Unión Europea , dado que su naturaleza es eminentemente monetaria y de los bancos, ha afectado también a las empresas transnacionales, que de acuerdo con el análisis de Reinicke arriba expuesto, no sólo son los principales actores de la globalización, sino que también tendrían que ser sus principales beneficiarios, de modo que se impone la interrogante: ¿ la crisis financiera actual –del mundo desarrollado- es también una crisis de las empresas transnacionales?

(2) James Lovelock sostiene que la tierra es un sistema vivo equiparable a un organismo (la teoría de Gaia) gracias al efecto regulatorio que sobre el clima y el medio ambiente terrestre ejerce la biosfera que rodea el planeta. Lovelock se hizo famoso durante su trabajo para la NASA en los años sesenta porque a partir de un análisis del espectro atmosférico de Marte descubrió la inexistencia de oxígeno para sustentar a la vida – como sucede en la biosfera terrestre – cosa que fue comprobada posteriormente gracias al envío de naves no tripuladas a ese planeta. Cf. Lovelock, James, The Vanishing Face of Gaia: A Final Warning: Enjoy It While You Can, Allen Lane, 2009, The Revenge of Gaia: Why the Earth Is Fighting Back – and How We Can Still Save Humanity. Santa Barbara (California): Allen Lane,(2006). Gaia: Medicine for an Ailing Planet. Gaia Books, (2005) [Gaia Books 1991]. Gaia: The Practical Science of Planetary Medicine. Oxford University Press UK, (2000) [1979]. Gaia: A New Look at Life on Earth (3rd ed.). Oxford University Press, UK. En cuanto a Lynn Margulis, bióloga norteamericana que trabajó estrechamente con Lovelock y comparte con él el mérito de haber formulado la teoría de Gaia, sostiene que aplicar la teoría de la evolución a los sistemas vivos significa estudiar la interacción simbiótica entre organismos. Cf, entre otros libros: Margulis, Lynn, and Dorion Sagan: Dazzle Gradually: Reflections on the Nature of Nature, Sciencewriters Books, 2007.

(3) Laszlo, Ervin: El cambio cuántico. Cómo el nuevo paradigma científico puede transformar la sociedad, Kairós, Barcelona, 2009.

(4) Nos damos cuenta de la gran diferencia existente entre el planteamiento de una “revolución social” –como querían los marxistas del siglo XIX - respecto a los conceptos de “transformación de la conciencia” y “evolución social”. La teoría marxista en ciencias sociales ha sido superada por la metodología más compleja cuyo origen se encuentra la teoría de los sistemas debido a: 1) El marxismo, al igual que otras perspectivas reduccionistas como el psicoanálisis freudiano, si bien tienen razón en ciertos aspectos de sus planteamientos teóricos, no son completos, es decir, se trata de planteamientos parciales que tienen que ver con la dimensión externa y material de la realidad, pero es claro que sólo son una parte de la realidad no la totalidad de la misma, que debe ser estudiada integralmente, es decir, incluyendo también sus dimensiones “internas”, particularmente la cultura (Habermas) y la conciencia( Gebser).Internas -según la metodología integral- significa que debe considerarse así tanto desde el punto de vista del estudio del ser humano como de la sociedad, pues ninguna de las dos puede ser reducida a la materia, que es la parte “externa” de todo sistema vivo. Además hay factores adicionales de orden sociopolítico como 2) el colapso del comunismo y del imperio soviético; 3) el fracaso del comunismo en la transformación de la conciencia (¿qué pasó con el hombre nuevo con el que soñaba el Ché Guevara?); 4) el fracaso de la idea marxista acerca de la “violencia como partera de la historia”, pues -por el contrario, como sucedió en Guatemala- la violencia engendró más violencia sin lograr el “cambio de estructuras” (“revoluciones sin cambios revolucionarios” como las ha llamado Edelberto Torres) ; 5) el fracaso del sistema económico basado en la propiedad estatal de los medios de producción y 6) el fracaso de la teoría que sostiene que infraestructura económica determina las ideas incluyendo el sistema de pensamiento, las “concepciones del mundo” o “cosmovisiones”. Lo anterior no significa caer en la apología del “fundamentalismo” del mercado pues una de las más importantes funciones del Estado contemporáneo es la regulación del mercado, al igual que la redistribución de la riqueza vía acción fiscal y gasto social, ni tampoco suscribir la ideología del capitalismo como panacea: para superar al capitalismo y transformar la economía hay que transformar también la ideología, el sistema de pensamiento y las “cosmovisiones”, en suma: transformar la conciencia. 

(5) Cf. Castells, Manuel: La Era de la Información. Vol. III: Fin de Milenio. México, Siglo XXI Editores, 2001, la versión original en inglés es de 1997 Castells, Manuel: The Information Age: Economy, Society and Culture. End of Millenium, Volume III, Blackwell Publishers Inc. USA & Oxford UK, 1998. Para América Latina en particular se puede consultar el libro de Lucía Dammert: Perspectivas y dilemas de las seguridad ciudadana en América Latina. FLACSO Ecuador, 2007.


(6) Nos referimos al movimiento de los indignados en Europa y al de “Ocupar Wall Street” en Estados Unidos. Al respecto puede verse el famoso manifiesto del francés Sthéphane Hessel (Indignes vous! ) y los libros de dos ganadores del Premio Nóbel de Economía, Paul Krugman y Joseph Stiglitz, de los cuales recomendamos especialmente, el último libro de Krugman ¡Acabad ya con esta crisis!, Editorial Crítica, Madrid, 2012 , en donde Krugman señala –entre otras importantes cuestiones- que disminuir el desempleo (la última cifra de desempleo en la Unión Europea, noviembre del 2012 es el 11.6%) debería ser la tarea principal de los gobiernos, pero esto sólo se podría lograr con un incremento del gasto público en actividades productivas generadoras de empleo, a lo cual se opone la ideología del “Consenso de Washington” empeñada en la estabilidad monetaria y en la disminución del déficit presupuestario. También Stiglitz nos recuerda en uno de sus últimos libros - con el título mismo- que estamos en “el momento para una mano visible (en el mercado): lecciones de la crisis financiera mundial del 2008” , Cf. Stiglitz, Joseph: 2010 Time for a Visible Hand: Lessons from the 2008 World Financial Crisis, with S. Griffith-Jones, J.A.Ocampo, and J.E. Stiglitz, eds., Initiative for Policy Dialogue Series, Oxford: Oxford University Press. También en su libro sobre la intervención militar de Bush en Irak, Stiglitz nos recuerda que fue Bush – no Obama- el verdadero responsable del gigantesco déficit del presupuesto norteamericano, tanto por haber embarcado a Estados Unidos en la innecesaria guerra para derribar a Sadam Hussein en Irak - que sólo logró incrementar el terrorismo tanto en ese país como a nivel mundial- como por la reducción de impuestos a los multimillonarios, dado que los demócratas después de los 8 años de Clinton le dejaron a los republicanos un presupuesto superavitario. Cf: Stiglitz, Joseph & Linda Bilmes The Three Trillion Dollar War, W. W. Norton, New York, USA, 2008.

(7) Pero como dejamos planteado anteriormente, hay que preguntarse hasta que punto dichas empresas se encuentran en crisis. Prima facie todo parecería indicar, sin embargo, que si el sistema financiero y bancario lo están, las transnacionales en cambio parecerían estar gozando de muy buena salud….

(8) Decimos que se trata de la “cosmovisión católica- tomista” pensando que el sistema filosófico que predominó durante la edad media fue el de Santo Tomás de Aquino, uno de los preclaros fundadores y profesores de la gran Universidad de París, la Sorbona. El sistema tomista fue la base de la escolástica católica y este tuvo a su vez como fundamento el pensamiento clásico de Aristóteles, o sea que de alguna manera Santo Tomás constituye también una expresión del “renacimiento” de los clásicos griegos sólo que en este caso durante la plena edad media.

(9) Recordemos que los postmodernos (a pesar de ser filósofos franceses en su mayoría y por lo tanto de formación cartesiana) se consideraban antidualistas aseverando que la filosofía occidental creó dualismos que excluyen otras perspectivas importantes del pensamiento. En general los postmodernos promovieron el pluralismo y la diversidad y fomentaron la relatividad epistemológica cuestionando la verdad objetiva de los textos -históricos, literarios o de otro tipo— alegando que estos no podían decirnos "lo que sucedió en realidad" dado que usualmente estos reflejan los prejuicios, cultura y la época particulares de un escritor determinado : “el lenguaje moldea nuestro pensamiento” y -como no puede haber ningún pensamiento sin lenguaje- la verdad se vuelve una cuestión de “perspectivas” dentro de contextos. Otra característica es la oposición a la idea de progreso entendido como desarrollo lineal marcado por la esperanza de un futuro mejor por lo cual la filosofía postmoderna se ve como opuesta a la ilustración (liberalismo y marxismo incluidos) a la vez que consideran a los núcleos de intelectuales “ilustrados” como no funcionales en contextos multiculturales porque tienden ser eurocéntricos y patriarcales. Dentro de ésta filosofía postmoderna se ha ubicado a autores como Gilles Deleuze, Jean Baudrillard, Jean-François Lyotard, Jacques Lacan, Michel Foucault, Gianni Vattimo, Jacques Derrida, Gilles Lipovetsky, Slavoj Zizek, Alain Badiou, entre otros. Al respecto cf.: Jean Baudrillard, Jurgen Habermas, Edward Said et.al. : La posmodernidad. Kairós, Barcelona, 2000 y en el marco de un análisis divergente puede consultarse a Jürgen Habermas: El discurso filósofico de la modernidad, en El pensamiento posmetafísico. Taurus. Madrid, 1990.

(10) Jean Gebser Citado por Gary Lachman: Una Historia Secreta de la Conciencia ,Lindisfarne: Great Barrington, Massachussets, USA, 2003 p.223. Como sabemos la obra principal de Gebser, el gran teórico alemán de la evolución de la conciencia, es The Ever-Present Origin (traducción del alemán autorizada por Noel Barstad con Algis Mickunas , Athens,Ohio University Press, 1985, 1991, USA)


(11) El pluralismo metodológico integral de Wilber involucra por lo menos 8 grandes paradigmas: la fenomenología, el estructuralismo, la autopoiesis, la neurofisiología, la hermenéutica, la antropología cultural, la autopoiésis social y la teoría de los sistemas. Toda cosa/evento es considerada como un holon (todo/parte = una totalidad que a su vez es parte de otras totalidades: un molécula es un holón que contiene átomos y es contenida en una célula; un concepto es un holón que contiene símbolos, letras y es contenido por reglas etc.) Todos los holones pueden ser considerados desde la perspectiva interior/exterior; plural/singular; subjetiva/objetiva e intersubjetiva/ interobjetiva. Cf.Wilber, Ken: Sexo, Ecología, Espiritualidad, el alma de la evolución Gaia ediciones, Madrid, 2ª edición revisada noviembre de 2005.

(12) Stanislav Grof, médico psiquiatra de origen checo, actualmente uno de los más importantes investigadores de la conciencia en el campo de las neurociencias, sostiene que “la espiritualidad es un asunto privado y refleja la relación existente entre el individuo y el cosmos. Por analogía, la religión es una actividad organizada que precisa de un lugar concreto y un sistema de mediadores asignados y distribuidos jerárquicamente….Existe una diferencia fundamental entre religión y misticismo. Hay religiones sin espiritualidad y espiritualidad sin religión. La religión organizada necesita convencer a la gente de que tiene que acudir con periodicidad a un lugar específico e implicarse en el sistema para relacionarse adecuadamente con la divinidad. Para los místicos, la naturaleza y su propio cuerpo ya desempeñan el papel de templo. Su conexión con lo divino es directa y no precisa de mediadores, sobre todo cuando éstos jamás han pasado por estas experiencias….Los verdaderos sistemas espirituales son el producto de un análisis sistemático y secular de la psique gracias a tecnologías precisas que alteran los estados mentales. Son el resultado de un proceso que en muchos sentidos se parece al método científico” Grof, in: Ervin Laszlo,Stanislav Grof & Peter Russell: La Revolución de la Conciencia. Un Diálogo Multidisciplinario, prólogo de Ken Wilber, epílogo de Yehudi Menuhin, Kairós, Barcelona, 2ª edición junio del 2008, pp.55-57 ; Grof es autor de varios libros entre ellos El juego cósmico: exploraciones en las fronteras de la conciencia humana, Barcelona, Kairós, 1999. Por cierto, la diferencia que hace Grof entre religión y espiritualidad para Ken Wilber – en una obra anterior- es la misma diferencia que existe entre lo que él denomina “religión legítima” - la Iglesia Católica vrg.- porque cumple con la función de integrar al individuo tratándose así de una “integración significativa de un visión del mundo..” ; mientras que la espiritualidad forma parte de la “religión auténtica” que es aquella que “valida la transformación” (de la persona) pues “el ‘grado de autenticidad´ se refiere al grado relativo de transformación real expresado por una religión dada (visión del mundo)” Wilber, Ken: Un Dios Sociable. Introducción a la Sociología Trascendental, Kairós, Barcelona, 2ª edición, marzo de 1999, pp.88-95.

(13) Sobre física cuántica Cf. Bernard d’ Espagnat: Traité de physique et de philosophie, Fayard, Paris, 2002; Jan Staune: Notre existence a-t-elle un sens? Une enquete scientifique et philosophique, Presses de la Renaissance, Paris, 2007; Talbott, Michael: The Holographic Universe, Harper, New York, 1991; Laszlo, Ervin: Science and the Reenchantment of the Cosmos: The Rise of the Integral Vision of Reality, Inner Traditions, Rochester (Vermont), 2006 y Wallace, Alan (editor) Buddhism & Science: Breaking New Ground, Columbia University Press, New York, 2003.

(14) La autopoiesis es una teoría propuesta por los científicos chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela para explicar la naturaleza de los sistemas vivos. Según ésta teoría en todo sistema vivo los componentes cambian continuamente hay un flujo incesante de materia y energía a través del organismo siendo el proceso vital la actividad que se ocupa de la continua corporeización del patrón de organización que sólo puede reconocerse si está materializado en una estructura física. La característica fundamental de una red viviente es el producirse a si misma continuamente: ser y hacer son inseparables. Autopoiesis significa “hacerse a si mismo” es un patrón de red en el cual la función de cada componente es participar en la producción o transformación de otros componentes de la red : es producida por sus componentes y a su vez los produce. Cf. Varela, Francisco: Invitation aux sciences cognitives, Editions du Seuil, Paris, 1996; Maturana, Humberto y Varela Francisco: De Máquinas y Seres Vivos: Autopoiésis: la organización de lo vivo, Editorial Universitaria, 7ª edición, Santiago de Chile, 2008.

(15) Cf. Grof: La Revolución de la Conciencia pp.35-36

(16) Al respecto pueden consultarse las obras, inter alia, de Allan Wallace, Daniel Goleman, Richard Davidson, Matthieu Ricard, Paul Ekman, Francisco Varela, y , por supuesto, del mismo Dalai Lama: The Universe in a Single Atom: The Convergence of Science and Spirituality, Broadway Books, New York,2005; Alan Wallace, Buddhism & Science: breaking new ground; Columbia University Press, 2003, Appendix: a History of the Mind and Life Institute Gay Watson, Beyond happiness: deepening the dialogue between Buddhism, psychotherapy and the mind sciences, Karnac Books, 2000. Dormir, rêver, mourir, explorer la conscience avec le Dalaï Lama, Francisco Varela, Claude Levenson, Nil éditions 1998, Surmonter les émotions destructrices, Un dialogue scientifique avec le Dalaï Lama, Dalaï-Lama & Daniel Goleman, Editeur Robert Laffont, octobre 2003, y de Matthieu Ricard et Trinh Xuan Thuan Le moine et l astrophysicien, L infini dand la paume de la main, Fayard, Paris, 2000 y The Monk and the Philosopher ( Matthieu Ricard & Jean Francois Revel) Random House, New York, 1999.

(17) Cf. Padilla, Luis Aberto: La Cosmovisión Maya y la Espiritualidad desde una Perspectiva Integral, ponencia presentada al Tercer Congreso Centroamericano de Filosofía, Guatemala, 13-15 de noviembre del 2012 (inédita).

(18) El título del libro en inglés es “Quantum Shift in the Global Brain”, Inner Traditions,New York, 2008 ; fue traducido al español por Miguel Portillo y la primera edición es de la editorial Kairós, (Barcelona, abril del 2009). Las citas y el resumen de sus principales ideas son tomados de ésta obra aunque en la bibliografía se citan otros libros importantes del autor.

(19) La teoría del caos es la denominación popular de la rama de las matemáticas, la física y otras ciencias que trata ciertos tipos de sistemas dinámicos muy sensibles a las variaciones en las condiciones iniciales. Pequeñas variaciones en dichas condiciones iniciales pueden implicar grandes diferencias en el comportamiento futuro complicando o haciendo imposible la predicción a largo plazo como ocurre, precisamente, con el clima. Antes de la aparición de la teoría del caos, se pensaba que para que el clima podría llegar a predecirse con exactitud newtoniana y que no era más que una cuestión de introducir más y más variables a una computadora lo suficientemente poderosa como para procesarlas. Sin embargo, antes se pensaba que serían pocas dichas variables pero ahora se ha pasado a considerar cientos de miles de variables y se ha constatado que en materia climática es imposible hacer predicciones porque el clima es un sistema caótico, así que realmente se trata de un sistema impredecible, y esto a pesar de tener atractores que le confieren algún tipo de orden - como sucede con las 4 estaciones del año- pero esto es lo único que sabemos a ciencia cierta: que todos los años habrá (al menos en los países que no son tropicales en donde sólo hay estaciones lluviosa y seca) verano, otoño, invierno y primavera, cuyas características todos conocemos. Pero no es posible saber con precisión matemática el clima que tendremos el día de mañana porque este es sensible a pequeñas variaciones (el llamado “efecto mariposa”) en las condiciones iniciales y la determinación de éstas con exactitud está abocado al fracaso precisamente por causa del principio de incertidumbre de Heisenberg que ya mencionamos cuando hablamos del tema de la paradoja EPR en física cuántica. Sobre este tema puede consultarse el libro de Capra, Fritjof: The Web of Life, Anchor Books, New York 1996 (publicado en español como La trama de la vida. Una nueva perspectiva de los sistemas vivos, Editorial Anagrama, Barcelona, enero 2009) ; y el libro de Gutzwiller, Martin: Chaos in Classical and Quantum Mechanics. Springer-Verlag New York,1990.

(20) Capra, Fritjof: El punto crucial: ciencia, sociedad y cultura naciente, Editorial Troquel, Buenos Aires, 1992.

(21) Diamond, Jared, Collapse: How Societies Choose to Fail or Succeed, New York, Penguin Books, 2005.

(22) Cf. Laszlo, Ervin: ”Chaos point, 20l2 and beyond. Our choices between global disaster and a sustainable planet” , Hampton Roads, Charlottesville, VA, 2006, USA, pp.14-15, traducción libre del ingles, LAP.

(23) Al respecto, véase la ponencia del suscrito, antes mencionada, que fue presentada al Congreso Centroamericano de Filosofía.

10. Bibliografía.

Capra, Fritjof The Web of Life, Anchor Books, New York 1996 (publicado en español como La trama de la vida. Una nueva perspectiva de los sistemas vivos, Editorial Anagrama, Barcelona, enero 2009)

Capra, Fritjof: El punto crucial: ciencia, sociedad y cultura naciente, Editorial Troquel, Buenos Aires, 1992

Castells, Manuel: La Era de la Información. Vol. III: Fin de Milenio. México, Siglo XXI Editores, 2001, la versión original en inglés es de 1997 Castells, Manuel: The Information Age: Economy, Society and Culture. End of Millenium, Volume III, Blackwell Publishers Inc. USA & Oxford UK, 1998.

Baudrillard Jean, Jurgen Habermas, Edward Said et.al. : La posmodernidad. Kairós, Barcelona, 2000

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Goleman, Daniel :Surmonter les émotions destructrices, Un dialogue scientifique avec le Dalaï Lama, Dalaï-Lama & Daniel Goleman, Editeur Robert Laffont, Paris, octobre 2003,

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